César Areces Fuentes, el primero de los cuatro sobrinos de Ramón Areces (fundador de El Corte Inglés) que se atrevió a llevar a los tribunales al gigante de la distribución para hacer caja con la venta de sus acciones en el grupo, anda desaparecido desde que, en diciembre de 2008, se embolsó más de 50 millones de euros con la venta de su 0,69% en la compañía, tras llegar a un acuerdo extrajudicial con el grupo. De Areces, que entonces sorprendió por su peculiar imagen (cabello largo, cigarrillo en mano, delgadez extrema), ha habido pocas noticias desde entonces. Se sabe, por ejemplo, que tiene una Sicav, Patriot Inversiones, de la que es presidente y consejero delegado, y que, hasta junio pasado (último dato disponible), acumulaba un patrimonio de 3,83 millones de euros, cifra sensiblemente inferior a los 4,68 millones que declaraba al cierre del primer trimestre, los 5,2 millones de 2011 y los 7,7 millones que llegó a tener en 2008.
El descenso se explica, más que por una pérdida de valor de sus inversiones, por una retirada de posiciones (las acciones en cartera han caído un 28,8% en sólo un trimestre). No obstante, hay que tener en cuenta que, aunque el monto invertido es relativamente modesto, esa sicav es un vehículo potente, ya que cuenta con un capital máximo de 36 millones de euros, frente a los habituales 24 millones de este tipo de herramientas de inversión, las preferidas de los grandes patrimonios por su baja fiscalidad.
Aparte de la evolución de su sicav, poco más se sabe de Areces, que esgrimió “necesidades de liquidez” para justificar su acuerdo con El Corte Inglés hace ya casi un lustro. María Jesús, una de sus hermanas, aseguraba este jueves que César vive “tranquilo” en Barcelona y que se dedica a “su gran pasión”, la compraventa de obras de arte. Poco más quiso comentar, inmersa como está junto a sus otros dos hermanos, Ramón y María del Rosario, en su propia batalla judicial contra el grupo de distribución por la venta del 0,2% del capital que controlan entre los tres.
El abogado de los otros tres sobrinos díscolos descarta llegar a un acuerdo extrajudicial
El proceso, que dura ya más de siete años, vivió este jueves un nuevo capítulo, la celebración de una vista oral en la sala de lo Civil del Tribunal Supremo para dirimir los recursos presentados por los tres hermanos Areces Fuentes y por el propio grupo de distribución contra una sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en diciembre de 2009. Por un lado, dicha sentencia avaló el nombramiento de un auditor por parte del consejo de administración de El Corte Inglés para valorar las acciones (principal motivo del recurso de los Areces) y, por otro, consideró inadecuado el criterio que siguió ese auditor, Leandro Cañibano, para determinar el valor de esos títulos (de ahí el recurso del gigante de los grandes almacenes).
La vista, que duró más de tres horas, se ciñó al guión esperado. “Más de lo mismo”, resumía, a su conclusión, uno de los asistentes. El Corte Inglés, a través de su letrado, Antonio Hernández Gil, rechazó que el Alto Tribunal obligue a fijar una nueva valoración de ese 0,2%, como pretenden los Areces Fuentes, y la letrada de estos, Alicia Herrador, del despacho Jiménez de Parga, calificó esa negativa de “expolio” y reprochó a la cadena su intención de “determinar el menor valor posible” para el paquete de la discordia. “Todos estamos sometidos a la revisión por los tribunales de nuestras acciones, incluido El Corte Inglés”, señaló.
Los hermanos reclaman al grupo 40,6 millones por su paquete, frente a los 16,2 millones que ofrece la empresa. Los Areces Fuentes se basan en la valoración que realizaron en su día tanto los profesores del IESE José Manuel Campa (antes de convertirse en secretario de Estado de Economía) y Pablo Fernández (“No son auditores de cuentas siquiera”, recordó el letrado de El Corte Inglés), así como por la auditora Mazars.
Fuentes jurídicas ven a las partes abocadas a alcanzar un acuerdo extrajudicial similar al que permitió a César Areces salir de la capital de la compañía, para no dilatar el proceso sine die. No obstante, el abogado de los otros tres sobrinos díscolos de Ramón Areces, Antonio Jiménez de Parga, lo descarta, e insiste en que sus defendidos exigen el valor razonable que tenía El Corte Inglés en 2005 (año de inicio del proceso), “que es muy distinto al de 2012”.