La sucesión en el Santander sigue sin fecha. "Estamos a pleno rendimiento", contesta Emilio Botín, cuando se le pregunta por su posible retiro y el de Alfredo Sáenz, los dos máximos ejecutivos del grupo. Entre los dos suman 150 años. 79 años, el presidente y 71 años, su consejero delegado.
El tema le incomoda. Le delata su reacción en vivo cuando se le pregunta por su posible final como presidente del grupo Santander. "En la última Junta General tuvimos el 98% de apoyo a la gestión por parte de nuestros accionistas", argumenta Botín, tras presentar apenas 2.205 millones de beneficios (59% menos) en todo el grupo y una sangría en el negocio bancario en España superior a los 1.000 millones.
"Si hay altos ejecutivos con experiencia en el sector financiero español es en el Santander", matiza. A pocos metros, su hija Ana Patricia, la que parece mejor colocada para continuar con la saga Botín, se mantiene hierática.
Ninguna señal del rojo en su atuendo. Pese a ser el color corporativo del Santander. Pese a ser una de las señaladas para la sucesión de su padre al frente del grupo. El gesto de Ana Patricia es serio durante la presentación de resultados del grupo. No es para menos. Santander Reino Unido ha perdido un 25% del margen neto (ingresos menos gastos) en el pasado ejercicio.
Es el peor dato de todo el grupo en este parámetro. Ha pasado de 3.270 millones a 2.434 millones. El margen bruto, el de los ingresos puros, también es el que más desciende en todo el grupo: un 11,8% (5.176 millones frente a 5.866 millones). En el grupo, sin embargo, este factor se incrementa en un 1,6%, hasta llegar a la "cifra récord", como definió Botín, de 23.559 millones. En cuanto a los beneficios, el descenso de la filial británica alcanza al 10,5%, hasta los 1.094 millones.
La explicación del grupo es que Santander UK "ha estado condicionada por un entorno económico y regulatorio complicado, pero se está consolidando como un banco de referencia en el mercado británico".
Desde allí, Reino Unido, el Financial Times planteaba, el pasado fin de semana, la sucesión de Botín como uno de los elementos de la "tormenta perfecta" que está viviendo el Santander en estos momentos.
El debate sucesorio, abierto por el propio Botín en una entrevista a la revista Fortune en marzo de 2012, en la que aseguró que "el Consejo tiene cierta idea de quiénes podrían ser las nuevas personas a cargo", parece estar paralizado tras las argumentaciones del número uno del grupo. "También venían negando la integración de Banesto y se hizo de un día para otro", reflexionan en el sector.
Entre los analistas existe una corriente que defiende un cambio a corto plazo en la dirección del Santander. "Con la integración de Banesto y Banif ya ha terminado de poner orden en casa. Es su legado", defienden desde un par de firmas de análisis.
Botín, por su parte, insufla juventud a su discurso. Niega la mayor ante la segunda pregunta sobre su retirada. "Creo que ha quedado claro lo que quería decir", incide, mientras se cruza miradas con Alfredo Sáenz. La renovación natural de plantilla (800 personas al año en España) y las prejubilaciones a las que obligará la fusión con Banesto y Banif no afectan a la gran cúpula. Por el momento.