El futuro de EVO Banco, la nueva línea de negocio lanzada en marzo pasado, parece dibujarse lejos de Novagalicia. José María Castellano, presidente de la entidad gallega, ha recibido varias ofertas por la marca que aglutina a la red fuera de Galicia, Asturias y León. "Aún no hay una decisión tomada sobre el futuro de la entidad. Está descartada, eso sí, su liquidación", explican fuentes de la entidad. La salida de EVO viene propiciada por las exigencias de Bruselas a las entidades nacionalizadas de reducir su tamaño en un 40%, como adelantó Vozpópuli este martes.
No es la primera vez que el nuevo equipo directivo liderado por Castellano y César González Bueno, consejero delegado de Novagalicia, se plantea la venta de la red fuera de Galicia. Ya lo intentó, sin éxito, antes de lanzar la marca EVO. Incluso, los directivos estudiaron la posibilidad de cerrarla, opción que se desestimó por resultar demasiado costosa. Estas dos vías formaban parte del primer plan de recapitalización realizado por los nuevos gestores que se presentó finalmente el pasado 11 de junio ante el Banco de España.
En aquel momento, Novagalicia contaba con más de 600 oficinas fuera de su ámbito natural de Galicia, Asturias y León. La creación de EVO supuso un ajuste radical tanto en red como en personal. En la actualidad, la red de Evo Banco está compuesta por unas 120 oficinas en las que trabajan 640 personas.
La red con la que operan fuera de Galicia y que sufrió un fuerte proceso de reconversión con la llegada de César González Bueno a la entidad, le han salido 'novios' debido, sobre todo, a los buenos resultados que está cosechando. “Se ha convertido en un modelo muy valorado”, admiten. Es por este hecho que aseguran que no se contempla, en ningún caso, la liquidación.
Los sindicatos con representación en la entidad no descartan ninguna posibilidad, incluida la liquidación. Los representantes de los trabajadores esperan poder obtener una respuesta de la dirección de la entidad a este respecto el próximo lunes, en una reunión en la que la dirección comunicará el plan de actuación en función de las exigencias de Bruselas.
Junto a la venta de líneas de negocio y participaciones industriales, Novagalicia tendrá que taspasar sus activos tóxicos al banco malo, como exige el Memorando de Entendimiento (MOU, en inglés) Una vez reducida a una banco meramente minorista, la entidad será puesta en venta a través de un proceso competitivo que no tiene fecha.