El giro experimentado por la ‘operación Calderón’, consistente en el desarrollo de los terrenos ocupados por el estadio Vicente Calderón y la antigua fábrica de la cervecera Mahou, ha tenido consecuencias en las cuentas de FCC. Al renunciar a sus derechos urbanísticos sobre los terrenos, que iban a ser la forma de pago por la construcción del estadio de La Peineta, el grupo de construcción y servicios ha tenido que realizar una provisión de 34 millones de euros en sus balances correspondientes a 2015.
Según el acuerdo original, FCC levantaba el que será el nuevo estadio del Club Atlético de Madrid a cambio de que éste le cediera los citados derechos. Del desarrollo urbanístico que tuvieran estos suelos dependería que la operación le saliera rentable a la compañía. Sin embargo, el nuevo acuerdo alcanzado entre las partes contempla que el club recupera los derechos sobre el suelo que ocupa actualmente su estadio y costeará de forma monetaria la construcción de su nuevo recinto deportivo.
El grupo presidido por Esther Alcocer Koplowitz detalla esta provisión en la respuesta a un requerimiento de información efectuado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y señala que obedece a la cobertura de riesgos de la construcción del Estadio de Madrid, conocido popularmente como La Peineta.
El acuerdo entre FCC y el Club Atlético de Madrid se modificó porque los efectos de la crisis en el sector inmobiliario hacían inviable el pacto original. A FCC no le salían las cuentas, toda vez que lo que podía obtener por la promoción de los terrenos ocupados ahora por el Vicente Calderón y la antigua fábrica de Mahou no cubriría ni mucho menos los costes del nuevo estadio.
Un mal menor
Además, la Justicia había paralizado los planes urbanísticos para desarrollar esos terrenos, consistentes en levantar dos grandes torres de viviendas a orillas del río Manzanares. Las negociaciones entre las partes concluyeron a finales de 2015, con un nuevo acuerdo en el que aparece como actor fundamental Carlos Slim, principal accionista de FCC.
Será Imbursa, la entidad financiera que controla Slim, la que concederá un préstamo al Atlético de Madrid para que el club pueda costear la obra
El nuevo pacto contempla que la constructora culminará las obras de La Peineta, aunque ahora el pago se realizará en metálico. En este punto interviene Slim ya que será Imbursa, la entidad financiera que controla el magnate mexicano, la que concederá un préstamo al Atlético de Madrid para que el club pueda costear la obra. La provisión de 34 millones de euros es un mal menor para FCC, que hubiera sido en cualquier caso incapaz de compensar el coste de La Peineta con el desarrollo de los terrenos del Calderón, toda vez que el derribo del estadio y del soterramiento de la M-30 en el tramo que discurre por la zona también corrían a cargo de la compañía. El grupo constructor ha declinado comentar la información.
Las obras, viento en popa
Por su parte, fuentes conocedoras de la situación señalaron que con el nuevo acuerdo FCC queda exenta de esta obligación y que serán ahora el Atlético de Madrid y el Ayuntamiento de la capital los que se sienten a negociar sobre el desarrollo de los terrenos.
En concreto, la concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible del Consistorio madrileño se manifestó en contra del proyecto que se diseñó para los terrenos del Calderón y apostó por reducir la edificabilidad de la zona. Menos vivienda y más dotaciones. Y además tampoco era partidaria del soterramiento de la M-30.
Salvados los obstáculos, las obras del estadio de La Peineta, que hasta ahora marchaban a ritmo parsimonioso mientras se negociaba una salida a la situación anterior, han experimentado un considerable avance. Tanto que la previsión de que estará listo para el inicio de la temporada 2017-2018 no sólo no es una quimera, como hace no mucho tiempo, sino que tiene todas las papeletas para cumplirse.