La llegada de Bill Gates, poseedor de la mayor fortuna del mundo según Bloomberg, al capital de FCC comenzó a fraguarse en Ginebra. A la reunión con inversores convocada por el grupo constructor y de servicios en la ciudad suiza acudieron representantes de un pequeño vehículo denominado Oriental, que se interesaron por tomar posiciones en la compañía. Sin embargo, el principal atractivo de Oriental era su vinculación con el presidente y cofundador de Microsoft.
Los planes de FCC llamaron tanto la atención de Oriental que decidió ponerse en contacto con el equipo financiero de Bill Gates, al que transmitió dos mensajes: era una buena inversión y, además, contaba con el atractivo adicional del precio. Oriental no podía llevar a cabo una gran apuesta inversora pero el caso de Gates es diferente.
Ginebra era la tercera etapa del road show, que antes había tenido como escenarios las plazas de Londres y París. Posteriormente fue el turno de Nueva York, donde el interés de los fondos de Bill Gates por FCC se confirmó en todos sus extremos, especialmente por el volumen de información que comenzaron a demandar sobre la compañía que preside Esther Alcocer Koplowitz.
FCC acababa de declarar el concurso de acreedores de su filial Alpine, que le había generado un agujero del entorno de 400 millones de euros, y buscaba apoyos financieros para revitalizar la acción y evitar problemas mayores. La situación de la empresa austriaca no terminaba de convencer a los potenciales socios aunque los temores terminaron por desaparecer.
Oriental se lleva un pellizco
En la última fase de la operación, los fondos de Bill Gates propusieron la compra de la práctica totalidad de la autocartera de FCC, que ascendía al 6,2% del capital. La entrada de Gates como socio de referencia ya suponía todo un espaldarazo para el grupo pero, además, si la operación se realizaba a través de la autocartera el beneficio era doble pues implicaba el refuerzo de sus fondos propios.
La llegada de Bill Gates al capital de FCC terminó de concretarse el propio lunes, cuando a última hora la compañía remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un hecho relevante en el que informaba de la adquisición de un 6% del capital por parte de vehículos vinculados a Bill Gates. Concretamente, estos vehículos son Cascade Investments y Bill & Melinda Gates Foundation.
En la tarde del martes, FCC matizaba que Gates adquirió realmente un 5,7% mientras que el 0,3% restante quedaba en manos de “otro inversor institucional”, que resulta ser Oriental, donde empezó toda la historia.
Sin puesto en el consejo
En el seno de la empresa española se ha acogido con optimismo el acuerdo, consciente del complicado ajuste que está llevando a cabo la compañía. “La situación recuerda al boxeador que está cerca de ser noqueado y que, cuando nadie lo espera, es capaz de soltar un golpe y derribar al adversario”, describió una fuente conocedora de la situación.
La operación llega en un momento crucial del proceso de refinanciación de la deuda con vencimiento en 2013 y 2014 que está llevando a cabo el grupo. En FCC se espera que la entrada de Bill Gates sea un estímulo para que las entidades financieras que aún no se han posicionado a favor del acuerdo lo terminen haciendo.
A pesar de que la inversión abriría las puertas del consejo de administración a Gates, lo más probable es que el presidente de Microsoft no reclame un puesto en el órgano ejecutivo de la empresa. Gates no suele participar en la gestión de las empresas donde invierte, entre las que figuran nombres como Berkshire Hathaway (el holding de Warren Bufett), Televisa, la compañía de ferrocarriles de Canadá (Canadian National Railway), la industrial Deere y Femsa, la mayor embotelladora de Coca-Cola en Latinoamérica.