La privatización de la portuguesa Empresa Geral do Fomento (EGF) se complica para FCC después de que la oferta de la compañía local Mota-Engil haya sido considerada como preferente por el organismo que está llevando a cabo el proceso de venta. El grupo español está apurando sus opciones a través de las alegaciones, en las que propone resolver la venta por medio de una subasta, dada las escasas diferencias entre los precios presentados.
Parpublica, el holding público portugués que controla EGF, declaró hace unos días como preferente la oferta de Mota-Engil, que incluía un precio de 149,9 millones de euros, tan sólo un 3% superior a la propuesta de FCC, que se va ligeramente por encima de los 145 millones de euros. La operación incluye asumir la deuda de EGF, que se sitúa en el entorno de los 200 millones, con lo que el montante final se va hasta los 350 millones.
No obstante, esa pequeña diferencia en el precio es el único punto en el que la propuesta de Mota está por encima de la del grupo español. De hecho, la oferta de FCC es más beneficiosa para los ayuntamientos que están implicados en la privatización por contrar con un porcentaje de la compañía. Esta circunstancia ha provocado incluso que las corporaciones municipales se hayan pronunciado a favor de que el proceso se resuelva mediante subasta.
El plazo para presentar las correspondientes alegaciones finaliza mañana. En ellas, FCC expone que la diferencia en el precio final es mínima y que en el resto de apartados a tener en cuenta se produce un empate técnico o incluso un resultado favorable al grupo español, como es el caso de la propuesta medioambiental y también en lo que se refiere a los recusos humanos.
Posición de privilegio en Portugal
De este modo, FCC tratará de convencer al Gobierno portugués de que la solución más provechosa sería proceder a una subasta entre los contendientes, una opción que permitiría al Estado luso ingresar una mayor cantidad de dinero por cuanto los contendientes elevarían sus propuestas económicas con toda seguridad. Por el momento, la compañía española ha solicitado el acceso al contenido de las ofertas, lo que le ha sido concedido, para estudiar la estrategia a seguir.
En cualquier caso, tras cerrarse el periodo de alegaciones, se elaborará un nuevo informe sobre el resultado definitivo del proceso que será el que estudie el consejo de ministros portugués, que será el organismo que tenga la última palabra para resolver el procedimiento.
La compra de EGF proporcionaría a FCC una posición de privilegio en el área de servicios de Portugal. La compañía, que está culminando el segundo proceso de privatización de su historia, cuenta con una elevada cuota de mercado en el sector de recogida de residuos, con cerca de un 60%.
La Bolsa descuenta la victoria de Mota
Sin embargo, el grupo español tendrá complicado dar la vuelta a la situación, aunque por el momento ha conseguido ganar algo más de tiempo. El plazo para la presentación de alegaciones finalizar en el día de mañana. En los próximos días se conocerá el resultado definitivo, aunque los mercados dan por hecho que será Mota-Engil, en el que ACS cuenta con una pequeña participación, el que se adjudicará el activo.
De hecho, las acciones de Mota-Engil experimentaron un fuerte avance durante la pasada semana en la Bolsa de Lisboa, cuando se confirmaron los rumores de mercado que apuntaban a que Parpublica recomendaría la aceptación de su oferta para hacerse con EGF.
La compañía de servicios es una de las empresas públicas que el Estado portugués ha puesto a la venta con el fin de obtener liquidez y poder así paliar parte de sus dificultades económicas, como ya ha hecho con otras empresas e incluso infraestructuras como autovías y aeropuertos.