Primeras fricciones entre el presidente de ACS, Florentino Pérez, y el llamado a ser su sucesor en el grupo de construcción y servicios, Marcelino Fernández Verdes. El que fuera presidente de Dragados se incorporará como consejero delegado el próximo año pero no relevará a Pérez como número uno de ACS, toda vez que Florentino conservará poderes ejecutivos en su cargo de presidente. Los problemas vienen porque Pérez le exige dedicación exclusiva pero Fernández Verdes deberá seguir como consejero de la alemana Hochtief, filial de ACS, al menos hasta 2017 si quiere ejecutar un bonus que podría alcanzar los 38,74 millones de dólares australianos (algo más de 27 millones de euros).
Actualmente, Fernández Verdes es presidente y consejero delegado tanto de Hochtief como de su filial australiana Cimic, la antigua Leighton. Su contrato con esta última contempla una remuneración a través de opciones sobre acciones dentro de un plan de retribución a altos directivos que finaliza en marzo de 2016. De ahí que, hasta entonces, no vaya a incorporarse a ACS.
El plan de Cimic va ligado a la evolución de los títulos de la compañía en la Bolsa de Sydney. El precio de las opciones de Fernández Verdes es de 17,71 dólares australianos y percibirá en metálico la diferencia entre esta cantidad y la cotización al cierre del plan, a mediados de marzo de 2016, hasta un máximo de 32,29 dólares. Todo ello multiplicado por los 1,2 millones de opciones de que dispone.
Sin embargo, para hacer efectivo el plan, Fernández Verdes no sólo tiene que permanecer como consejero delegado de Cimic hasta la fecha de su vencimiento sino que, además, tendrá que seguir presente en alguno de los órganos de gobierno de Hochtief (bien el consejo de administración, bien el denominado consejo de supervisión, que el máximo órgano ejecutivo de la compañía), al menos un año más, hasta marzo de 2017. De lo contrario, no podrá ejecutar el suculento plan de incentivos.
Un intenso trabajo
Florentino Pérez esperaba contar con Fernández Verdes a tiempo completo a partir del próximo año pero el ejecutivo asturiano no está dispuesto a renunciar a un bonus por el que verá recompensado el trabajo que ha tenido que realizar durante los últimos ejercicios, en los que ha tenido que realizar sendas reestructuraciones en Hochtief y la antigua Leighton.
Este trabajo ha incluido la toma de medidas traumáticas como ventas de activos y eliminación de puestos de trabajo, que han levantado ampollas tanto en Alemania como en Australia. Verdes ha vivido durante los últimos dos años en aviones rumbo a Oceania y de vuelta a Europa.
La situación ha provocado un novedoso desencuentro ya que, hasta ahora, todo habían sido parabienes de Florentino hacia Fernández Verdes. Fuentes del sector consideran que estas fricciones habrían llevado a Pérez a reconsiderar el carácter de su relevo al frente de ACS; de ahí que haya decidido permanecer como presidente con carácter ejecutivo pese a la próxima llegada de Verdes como consejero delegado.
Peculiar relevo
Hace un año, Pérez anunció de forma peculiar, en una entrevista televisiva concedida al programa Salvados, de La Sexta, que tenía decidido que Fernández Verdes sería su sucesor como primer ejecutivo de la compañía y que el relevo se llevaría a cabo a corto plazo.
Se trató, por entonces, de un gesto hacia el resto de accionistas relevantes de la empresa (los March, los Albertos e Iberostar) para demostrar que estaba dispuesto a dar un paso en lateral al frente de ACS, cuya gestión ha sido muy discutida en los últimos años.
Sin embargo, el relevo de Florentino Pérez en ACS sigue siendo a día de hoy, una incógnita. La pasada junta de accionistas de la compañía, celebrada el 28 de abril, le reeligió como consejero para los próximos cuatro años y, posteriormente, el consejo de administración volvió a depositar su confianza en él para presidir la empresa en los tres ejercicios siguientes.
