Los efectos del proceso soberanista ya se pueden apreciar en la economía catalana y se agravarán en el caso de que no se encuentre una pronta solución para el conflicto que vive esta comunidad autónoma. Así lo expone el informe ‘Incidencia del escenario político en la actividad económica y empresarial’, presentado este martes por la organización empresarial Foment del Treball, en el que se incide en que el PIB de esta región se contraerá entre 0,3 y 2,5 puntos entre 2017 y 2019.
El documento destaca que, desde el pasado 1 de octubre, han abandonado esta comunidad autónoma un total de 2.724 empresas, frente a las 103 que se han asentado. Esto arroja un saldo negativo de 2.621 negocios, muy superior al que se registró durante los dos primeros trimestres del año (-136) y al que tuvo lugar durante los ejercicios 2013 (-217), 2014 (-322) y 2016 (-279). En 2016, fue positivo (+4).
Foment advierte de que, en caso de que este conflicto no se solucione, el consumo y las inversiones se verán perjudicados “de forma proporcional” a la intensidad que alcance la crisis. “No sólo la economía catalana resultará perjudicada, sino también la española y, en general, la ‘marca España’ y, por lo tanto, el resto de comunidades autónomas, con especial incidencia las que se encuentran más cercanas a Cataluña como son Aragón, Comunidad Valenciana y La Rioja”, expone
El informe considera especialmente relevante “la estampida” de grandes y medianas empresas “con amplia incidencia en la economía española”, que anunciaron el cambio de su sede social y/o fiscal durante los primeros días de octubre. De momento, este éxodo no ha generado “impactos muy significativos” en la región, dado que la actividad de estas compañías se mantiene en el mismo territorio. Ahora bien, ha supuesto un daño “reputacional” que –teme Foment- disuada a los posibles inversores.
“Será necesario disponer de un entorno de estabilidad institucional y política para revertir en los próximos meses la crisis de confianza que se ha dado en la actividad económica y empresarial de Cataluña”, ha añadido.
Poco efecto del boicot
La organización empresarial confía en que la economía catalana tenga la suficiente capacidad para reponerse de esta crisis “gracias al peso de la industria” y siempre que se mantenga una serenidad política e institucional que evite “ambientes propicios al boicot”. En este sentido, Foment del Treball ha afirmado que este tipo de medidas de presión son “muy testimoniales” y están "focalizadas en determinadas marcas".
El informe reconoce que la llegada de turistas, las matriculaciones y las ventas en el mercado interno y en el exterior han crecido menos en Cataluña que en el total de España desde octubre, “en sintonía con la mayor pérdida de confianza empresarial”. En cuando a la actividad hotelera, en Barcelona ha caído la facturación en un 13%, algo que atribuye al proceso soberanista, a los atentados de agosto, a los ataques a infraestructuras, a las huelgas del aeropuerto del Prat y a “la coyuntura sociopolítica” del país.