Todo ha cambiado con el nombramiento de Mariano Rajoy Brey como presidente del Gobierno el pasado sábado. Muchos agentes del sector ferroviario ven difícil la posibilidad de que salga adelante en las condiciones originales el megacontrato de 2.642 millones de euros para la renovación de trenes de velocidad alta (30 nuevos en dos tandas de 15, la segunda opcional, más el mantenimiento durante 30 años) que había sido el protagonista de los desvelos de las empresas que optaban a él: Talgo, CAF, Alstom, Siemens y Bombardier, expulsada del concurso por incumplimiento.
Esta esperada adjudicación tiene todas las condiciones para haber sido calificada de "el contrato del siglo" en el sector ferroviario, siendo de largo el de cuantía más elevada. El pliego, publicado en el BOE ya con el Gobierno en funciones en noviembre de 2015, fue impugnado por Bombardier en abril, pocos días antes del cierre de plazo para presentar ofertas. El motivo, aseguraba la canadiense, era que se incumplían "los principios de no discriminación, proporcionalidad y libre competencia". Planeaba la idea de que los canadienses temían que se favoreciera en la adjudicación a las empresas españolas (Talgo y CAF, próxima al PNV).
Este hecho ha sido uno de los responsables del aplazamiento del concurso. Pero no el único. Ante dos resultados electorales que fulminaron la mayoría absoluta del Partido Popular, en Fomento cada vez fue ganando fuerza la idea de que hacer un macroconcurso de este tipo, de una cuantía nunca vista en un ámbito de infraestructuras muy polémico como ha sido la alta velocidad, y aprobarlo con un Ejecutivo en funciones no era lo más adecuado. Pese a las presiones de las compañías constructoras, que miraban con ansiedad una tajada millonaria y han presionado todo lo que han podido en Renfe y en el propio Fomento, la licitación ha dormido el sueño de los justos.
En Renfe prefieren no hacer ninguna declaración sobre un proceso que sigue adelante
Ahora, con una nueva legislatura finalmente arrancando tras 10 meses, el mantenimiento de este macrocontrato es muy difícil en sus términos originales. Son 15 trenes con opción a otros 15, pero el aumento de los mismos estaba relacionado con la ampliación de la red por toda la geografía peninsular, un hecho muy en cuestión ahora mismo. En la actualidad, la alta velocidad está a punto de llegar a Granada y Murcia (previsto para 2017) mientras que quedan pendientes tramos del AVE gallego y la 'Y' vasca. Estos serían, según fuentes internas de Renfe, los proyectos que podrían culminarse. Lo cual quiere decir que otros quedarían aparcados, al menos de momento: Asturias, Cantabria o Extremadura.
El mayor aliado del Partido Popular en el Congreso, Ciudadanos, es un opositor aguerrido a la ampliación de las líneas de AVE. Luis Garicano, el cerebro económico de los naranjas, ha expresado en multitud de ocasiones que la expansión de alta velocidad es para él un derroche innecesario y que sería mucho más interesante invertir en un corredor de mercancías que transcurriera por el Mediterráneo, el espacio más poblado y con más dinamismo exportador del país.
Por su parte, en Renfe han declarado que no pueden hacer ninguna declaración mientras el proceso siga adelante, lo cual está transcurriendo con normalidad, aseguran.
No es fácil encontrar un pedido así, aseguran desde alguna de las empresas candidatas, por cuanto los mayores proyectos de alta velocidad ahora mismo se están librando en Asia Central (Rusia, Arabia, Uzbekistán y Kazajistán). Por otra parte, a estas alturas parece claro que se tratará de una decisión política del nuevo ministro o ministra de Fomento (suenan Alberto Nadal o el propio Rafael Catalá).
¿Es necesario o no el gasto?
Existen dudas sobre si este gasto en trenes en necesario. Por una parte, hay estudios que ponen el foco en la baja utilización media de los trenes de alta velocidad, tanto en los kilómetros medios por día (732) como en el número de veces que el tren sale de una cabecera (1,88).
Estas informaciones contrastan la escasa utilización de los trenes con la muy alta utilización de los aviones de las empresas privadas, que acumulan decenas de horas y miles de kilómetros recorridos por día. Para otras fuentes, sin embargo, ambos transportes "no son comparables en cuanto a su mantenimiento. Muchas veces se renuevan los trenes por la vía, ya que el tren circula por una superficie que está sometida a innovación".