El fichaje de Josep Piqué como consejero delegado de OHL culmina una serie de movimientos que su presidente y máximo accionista, Juan Miguel Villar Mir, ha trazado para asegurarse una sucesión tranquila y que no contará con componente familiar. En el plan se incluye la entrada en el capital del gigante de infraestructuras Abertis y el acercamiento al negocio inmobiliario patrimonialista con Colonial.
En los últimos años, el nombre de Juan Villar-Mir de Fuentes, primogénito del presidente de OHL, sonó en repetidas ocasiones como su sucesor. Su nombramiento como vicepresidente del grupo así parecía indicarlo pero las funciones ejecutivas seguían correspondiendo a Juan Miguel Villar Mir, que no se mostraba decidido a dar un paso lateral para dar el relevo.
En la primavera de 2012, OHL llevó a cabo una gran operación, consistente en tomar una participación en Abertis, el líder mundial del sector de infraestrucuras, a cambio de sus activos en Brasil, compuestos por una serie de concesiones de autopistas tanto federales como estatales.
La maniobra fue muy oportuna para Abertis porque la llegada de OHL venía a cubrir el vacío dejado por ACS, histórico accionista de la catalana, que se vio obligado a vender su participación para reducir su descomunal endeudamiento.
La seguridad de La Caixa
Sin embargo, Villar Mir pensaba más que nunca en el futuro con la operación. Una participación del 15% en una empresa como Abertis (que después se ha incrementado hasta superar el 18%) le proporcionaría, además de una de las vicepresidencias de la compañía, un seguro de vida en forma de ingresos recurrentes. En definitiva, una especie de bono con su correspondiente cupón, por lo que pudiera suceder.
En un encuentro con la prensa con motivo de la operación, Villar Mir se mostró, sobre todo, encantado de unir lazos con La Caixa, accionista de control de Abertis. No aclaró quién fue a buscar a quién pero no paró de señalar el confort que le proporcionaba estar junto a la entidad financiera catalana.
La otra pieza para apuntalar una sucesión sin traumas pero sin componente familiar reside en el negocio inmobiliario patrimonialista. Incluso en pleno crecimiento de la burbuja, cuando no pocos empresarios se estaban haciendo de oro con la venta de viviendas, Villar Mir siempre receló del negocio residencial, del que se mantuvo al margen. Tras el estallido de la burbuja, el tiempo le dio la razón y el mercado premió la prácticamente nula exposición de OHL al sector.
Pero los inmuebles en renta son otra historia y guarda similitudes con la entrada en Abertis: ingresos recurrentes, asegurados a poco que se gestione de forma correcta y en un entorno con visos de empezar a ser algo más propicio. Villar Mir tomó la mano de Banco Santander y adquirió la histórica sede de Banesto para desarrollar la conocida como ‘Operación Canalejas’: un complejo de ocio, hostelería y zona comercial de lujo en pleno centro de Madrid.
Frustrada entrada en Colonial... por ahora
Y también la de La Caixa en un su intento por entrar en Inmobiliaria Colonial. Aunque la entidad catalana cuenta con sólo un 5% de la compañía, su control sobre ella es mucho mayor, como prueba el hecho de que nombró presidente y consejero delegado. Los principales accionistas son bancos extranjeros atrapados por los efectos de la burbuja y con planes de salida en cuanto llegue una buena oportunidad.
El primer intento no ha fructificado pero diversas fuentes del sector aseguran que el veterano empresario volverá a intentarlo. Será una operación en la que, nuevamente, todos salgan ganando: Colonial podrá realizar la ampliación de capital que lleva buscando más de tres años. Y Grupo Villar Mir apuntalará su futuro al margen de su principal activo, la propia OHL.
La llegada de Josep Pique completa una tela que a Villar Mir le ha llevado año y medio tejer pero que parece la única solución que ha encontrado al problema sucesorio.