ACS apura el plazo para presentar una contraoferta por Abertis, que compita con la de la italiana Atlantia. El límite está situado en este jueves, cuando previsiblemente el grupo constructor haga públicas las condiciones de su oferta. En cualquier caso, las condiciones económicas de la misma obligarán al grupo que preside Florentino Pérez a deshacerse de algunos de los principales activos de la concesionaria de infraestructuras. Una circunstancia que le diferencia de la propuesta de Atlantia, estructurada a través de un préstamo sindicado con un coste inferior al 2%.
Todo apunta a que la oferta de ACS incluirá una contraprestación combinada, en efectivo y con títulos de Hochtief, su filial alemana. Precisamente, el consejo de supervisión de ésta se reúne este miércoles, con carácter extraordinario, con una ampliación de capital no dineraria encima de la mesa como punto fundamental. Las nuevas acciones emitidas serían ofrecidas como parte de la compensación a los accionistas de Abertis, complementadas con una cantidad en efectivo que tendrá que irse por encima de los 17 euros, dado que la cotización de la concesionaria en Bolsa lleva un tiempo notablemente por encima de esta cota.
Los problemas del grupo constructor para conseguir la financiación, en un entorno de abundante liquidez, le ha llevado a desechar diversas fórmulas para acometer la oferta. En los sucesivos planes, la banca tenía cada vez un mayor protagonismo, lo que complica la financiación de la operación, dado el volumen de la operación y también que para ACS o para su filial Hochtief no es tan sencillo acceder a tipos tan bajos.
De acuerdo con la información publicada este martes por el diario Expansión, ACS contaría para acometer la oferta con avales de JP Morgan, que ha actuado como uno de sus asesores financieros en este proceso y que se ha encargado de diseñar la hoja de ruta para el abordaje de Abertis. Aun así, el grupo constructor se vería obligado a vender activos de la concesionaria para financiar la oferta y que el exceso de apalancamiento no le jugara malas pasadas, como le ocurrió en su día con Iberdrola.
Centrados en la deuda
Entre estos activos se encuentra el operador de satélites Hispasat, por el que ya ha mostrado interés Red Eléctrica. Una suerte parecida correrían la cotizada Cellnex y Sanef, que agrupa diversos activos concesionales en Francia en poder de Abertis. Son las opciones que baraja ACS con vistas a poder asumir una operación que el mercado le ha puesto incluso más difícil de lo que ya era en un principio.
De esta forma, la constructora tendría que centrar sus esfuerzos, al menos durante los primeros años, en cumplir sus compromisos con la banca más que en la propia gestión de Abertis.
Pero no sólo ha influido la evolución alcista de Abertis sino la bajista de Hochtief, que hizo que los bancos que se habían comprometido a financiar la ampliación de capital de la alemana (cuyos ingresos serían destinados a la contraprestación a los accionistas de Abertis) no hicieran efectivo el apoyo ante el riesgo de que la operación contemplara un excesivo descuento y se disparara la cantidad de acciones a suscribir.
Además, el movimiento de ACS no termina de ser entendido en el mercado, toda vez que la compañía marcha a contracorriente de la mayoría de grupos del sector, que se están deshaciendo de sus divisiones de concesiones (el ejemplo más reciente ha sido el de OHL).
5.000 millones más para Abertis y Atlantia
Mientras, el comportamiento del mercado durante este proceso ha generado alguna que otra sorpresa. Independientemente de lo que finalmente suceda, ya es un hecho que ha inundado de millones a su principal protagonista y a su primer pretendiente, Atlantia. Desde que ambas confirmaran oficialmente por primera vez los rumores en torno a una posible operación corporativa entre ellas, a mediados del pasado abril, sus capitalizaciones bursátiles han experimentado un considerable incremento, superior en conjunto a los 5.000 millones de euros. No ha ocurrido lo mismo con ACS, a la que el mercado ha castigado desde comunicó sus planes para entrar en la puja por la concesionaria de infraestructuras.
En este escenario, las acciones de Abertis han subido algo más de un 15% desde que se publicara el primer hecho relevante en torno al interés de Atlantia por hacerse con el control de la compañía. Una evolución que se ha traducido en un incremento de su capitalización bursátil en algo más de 2.250 millones de euros y que ha situado a la compañía en sus máximos históricos.
Tras notables descensos durante los primeros días, Atlantia ha tenido una evolución muy destacada en el mercado. En el mismo periodo, sus acciones han subido algo más de un 14%, con lo que el grupo italiano vale ahora en Bolsa 2.800 millones de euros más que antes de que se iniciara la batalla por Abertis.
La compañía italiana se mueve en sus máximos de los últimos diez años y no parece verse condicionada por la posibilidad de que tenga que mejorar las condiciones de su oferta, en el caso de que, finalmente, ACS presente antes del viernes una propuesta competidora.
Diferente reacción
Pero el favor de los inversores no sólo se refleja en su comportamiento en el parqué sino también en las recomendaciones de las firmas de análisis bursátil. Actualmente, ninguna de las entidades que sigue habitualmente el valor otorga un consejo de compra mientras que el 75% de las recomendaciones son de compra.
Mientras, ACS ha tenido justamente la respuesta contraria por parte de los inversores. Desde que el pasado 21 de julio confirmara a la CNMV que estaba estudiando la posibilidad de lanzar una contraoferta por Abertis sus acciones han caído cerca de un 11%, mientras que su capitalización bursátil se ha visto reducida en algo más de 1.100 millones de euros.
No le ha ido mucho mejor a su filial alemana Hochtief, a través de la que ACS tiene previsto lanzar la oferta. Su cotización ha perdido más de un 16% y, al contrario de lo que sucede con Atlantia, no cuenta con recomendaciones de compra entre los analistas que siguen el valor (apenas tres aconsejan mantener y más de diez, vender).