Revisión, sí. Ruptura, no. El futuro esquema de Libercaja, la entidad proyectada mediante la fusión de Liberbank con el grupo Ibercaja-Caja 3, será redefinido una vez que se conozcan los resultados del test de estrés individual que ha realizado Oliver Wyman. La entidad que resulte más perjudicada en este ejercicio perderá influencia en el accionariado que acordaron Amado Franco y Manuel Menéndez, el pasado 29 de mayo, según reconocen fuentes del sector. "El preacuerdo será modificado en función de las nuevas necesidades de capital. De hecho, las entidades se han dado un margen suficientemente amplio para refrendar la fusión (29 de septiembre) con el objetivo de puntualizar determinados aspectos del proceso", explican estas mismas fuentes.
Según el preacuerdo de fusión, que tiene que ser refrendado por la junta general de cada entidad el próximo 29 de septiembre, Ibercaja y Caja 3, se convertirá en el socio mayoritario del nuevo grupo con un 54,5% de las acciones. Ibercaja contará con un 46,5% del accionariado; Caja 3, su nuevo socio tras el primer decreto del ladrillo, detentará un 8%, mientras que Liberbank, la entidad liderada por Cajastur, tendrá el 45,5% restante. En cuanto al reparto de poder, Amado Franco, presidente de Ibercaja, que en la actualidad cuenta con 66 años, será el número uno del nuevo grupo. Manuel Menéndez, por su parte, presidente de Liberbank, ocupará el puesto de Consejero Delegado.
En ninguna de las dos entidades se deja abierta la puerta a la ruptura del proceso, como se ha venido especulando en las últimas semanas. "Ni el Banco de España ni Economía van a permitir deshacer un proceso que ya está en marcha porque, en vez de solucionar un problema, se le generarían dos de golpe", reconocen en el sector. Además, tanto Franco como Menéndez son conscientes de que su posición negociadora se incrementa exponencialmente al frente de una entidad cercana a los 120.000 millones en activos. "El fin de Libercaja es otra nueva fusión con un nuevo actor. Para esa operación necesitan tamaño y poder negociar de igual a igual", aseguran en fuentes financieras.
Entre la riada de contactos que están manteniendo todas las entidades entre sí en estos momentos, desde el sector se apunta como posible socio a Kutxabank. Incluso, no se descarta que Libercaja pudiera ser uno de los actores que participe en la subasta por el Banco de Valencia.
El proyecto Libercaja no es finalista, aseguran en el sector, que apuntan como posible socio futuro a Kutxabank. El grupo se encuentra en negociaciones con otras entidades
La entidad resultante tendría casi 120.000 millones de euros de activos, con lo que se convertiría en la séptima de España por este parámetro, y un volumen de negocio de más de 184.000 millones de euros. El nuevo grupo tendrá su sede social en Madrid y mantendrá varias sedes operativas, una de ellas en Zaragoza, en su ámbito de influciencia. La unión del grupo Ibercaja con Liberbank conferirá a la nueva estructura el liderazgo del mercado financiero en seis comunidades autónomas.
A expensas de los resultados del ejercicio de Oliver Wyman, ninguno de los socios dispone en este momento de ayudas públicas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en cualquiera de sus tres variantes (crédito respaldado por participaciones preferentes, tomas de capital o bonos convertibles contingentes), lo que les exime de abonar los elevados intereses anuales del 8% que exigen algunas de estas ayudas y de hacer frente a la devolución de tales recursos en 2015.
La nueva entidad tendrá una exigencia de core capital (capital principal) del 8%, puesto que la unión de ambos grupos reduce su coeficiente de financiación mayorista por debajo del 20%. Los últimos datos disponibles (al cierre de 2011) sitúan a Ibercaja (incluido en este caso Cajatres) con un capital principal del 10,88% (cuarto más elevado del sector) y a Liberbank con una ratio del 10,11%, que lo coloca en séptimo lugar del sector.