Ibercom, empresa cotizada en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), ha cerrado el periodo de suscripción de su ampliación de capital de 25 millones de euros con un exceso de demanda de tres veces importe, por lo que se podrían haber levantado 75 millones en mercado.
Así lo indican fuentes de mercado y lo confirman desde la empresa, donde dicen que “estamos contentos con la ampliación, se ha detectado gran interés de los inversores en ella”. La operación está destinada a financiar la compra de Xtra, anunciada a finales del pasado mes y está pendiente de autorización en junta de accionistas, que se celebra el 11 de julio.
El desembolso de la ampliación tendrá lugar el lunes, pero a tenor de las boletas de compromiso, no debería haber el menor problema. El banco asesor ha sido Inversis y el asesor registrado de la compra, Ernst & Young.
La operación se ha gestado en pleno escándalo mediático a raíz de la estafa de Gowex, que ha puesto al MAB en tela de juicio. Sin embargo, pese a que ambas empresas operan en la industria de las telecomunicaciones, “el mercado ha sabido separar el grano de la paja”, apuntan en la propia Ibercom.
La compañía ya realizó otra ampliación el pasado mes para la compra de MásMóvil, comportándose al más puro estilo MAB, es decir, solicitando fondos paulatinamente al mercado para operaciones que apuntalen su crecimiento.
Al continuo
Esta empresa solicitó su paso al mercado continuo el mismo día que se conoció la crisis Gowex, al igual que otras como Carbures o Ebyoss. Realmente, esta comunicación sólo fue una maniobra de defensa, ya que todas tenían pensado hacerlo desde hace meses, debido a su incremento de capitalización y sus necesidades de un mercado más líquido.
Habrá que ver si se desembolsa con toda normalidad y, a medio plazo, si estas compañías se trasladan sin problemas al mercado continuo.
Este proceso era reclamado desde hace tiempo en los mercados, en la conocida como ‘ley ascensor’, que debería haber ido en la eterna Ley de Emprendedores. Mediante ella, se simplificarían los procesos, permitiendo a las empresas del MAB que se consolidaran y crecieran lo suficiente, dar el salto al continuo y, a su vez, facilitando que compañías históricas pero con poca capitalización o liquidez, bajaran al MAB.
Se esperaba, también, a un coloso como Damm, con unos 1.500 millones de euros de capitalización y que cotiza en los corros de Barcelona, para liderar un MAB que todavía pugna por demostrar que es una buena lanzadera para las start ups, ya que acumula demasiados casos complejos para sólo una treintena de compañías que han captado fondos en dicho mercado.