El juzgado mercantil número uno de Valencia ha declarado en concurso necesario a la compañía Forn i Pastisseries Navarro, propiedad de José Navarro, el empresario que en 2012 inició la conocida como guerra del pan al rebajar drásticamente los precios de sus artículos de panadería y bollería.
La juez Montserrat Molina Pla decreta en el auto, del pasado mes de junio, la suspensión de las facultades de administración y disposición patrimonial de la sociedad, siendo sustituida por una administradora designada por el juzgado. "La entidad concursada deberá prestar la máxima colaboración y diligencia en todo aquello que sea requerido por la administración concursal", dicta.
En 2012 José Navarro comenzó a vender barras de pan a 20 céntimos
La declaración de concurso necesario de Forn i Pastisseries Navarro se produce después de que un acreedor, que reclama 200.000 euros a la empresa, representado por el despacho Gesico, instara la medida y el juzgado valenciano admitiera a trámite la reclamación a principios de este año, como informó entonces Vozpopuli. La declaración de concurso necesario, en lugar de voluntario, supone que el administrador de la compañía es apartado de su cargo y que este se expone además al embargo de sus bienes y su inhabilitación para administrar sociedades en un periodo de tiempo determinado.
En septiembre de 2012, en el pueblo de Torrent, José Navarro comenzó a vender barras de pan a 20 céntimos, y artículos de bollería a precios muy reducidos. La oferta atrajo a cientos de personas que hacían colas en su panadería, y también a los medios de comunicación. Navarró abrió nuevos establecimientos y los grandes grupos de distribución se subieron a la ola del pan rebajando también sus productos. Comenzaba así la conocida como guerra del pan, que asfixió a los panaderos de toda la vida quienes aseguraban que por debajo de los 50 céntimos no es posible vender pan de calidad.
Las cuentas de Forn i Pastisseries Navarro de 2013, las últimas disponibles en Registro Mercantil que ahora es posible consultar a través de Insight View, reflejan el salto que la compañía dio de un año a otro con la arriesgada iniciativa de José Navarro. Los ingresos pasaron de 1,7 millones en 2012 a cinco millones de euros en 2013; los gastos en personal se doblaron, de 0,7 millones a 1,44 millones. El incremento del beneficio sin embargo no fue proporcional al de los ingresos, pasando de ganar 12.000 euros en 2012 a 98.000 euros en 2013. Las deudas superaron el millón de euros.
En el auto en el que la juez decreta el concurso necesario de la compañía se indica que antes de acordar la admisión a trámite de la medida concursal, se emplazó a la entidad a oponerse a la misma, pero que la empresa "dejó transcurrir el plazo previsto sin personarse ni oponerse a la solicitud de declaración de concurso". La magistrada reclama a la empresa la aportación de las cuentas de los tres últimos años con la memoria de cambios significativos, la relación de acreedores, procedimientos existentes contra la sociedad, así como inventario de bienes y derechos, y pleitos y litigios de toda clase.