El ladrón de joyas que ha protagonizado junto al director madrileño la gala de los Premios Goya 2017 ha terminado entregándose a la policía y devolviendo el botín. Pero hasta hasta el pasado jueves, día en el que acudió para entregarse acompañado del director de producción del certamen, las elucubraciones sobre quién de los implicados debería cargar con la responsabilidad de no haber vigilado las piezas desaparecidas reinaron en la Academia de Cine, que organizaba el evento; el Madrid Marriott Auditorium, hotel donde se celebró y la propia Joyería Suárez, propietaria del material sustraído.
Aunque ni la firma ni la academia quisieron hacer declaraciones sobre el suceso, la cadena hotelera sí optó por desvincularse de cualquier tipo de negligencia a través de un comunicado en el que aseguraba que fue el pasado lunes -un día después de la gala- cuando la productora del certamen le comunicó la desaparición de unas piezas que, tal y como ha podido saber este diario, estaban guardadas en un cuarto detrás del escenario al que se accedía por tarjeta magnética.
"Es en este momento cuando el hotel recibe la primera noticia de la existencia de las denominadas joyas en uno de los camerinos del auditorio. En ningún momento anterior se comunicó al hotel ni a la seguridad del mismo la presencia de las joyas en las instalaciones", advierten. Entonces, si ellos no tenían encomendada la vigilancia de la sala, ¿quién se habría hecho cargo del siniestro de no haber aparecido el ladrón?
Pólizas y lucimientos
Por norma, las joyerías contratan pólizas de seguros anuales cuyo valor se fija sobre el precio de coste y no sobre el precio de venta. A estas pólizas se les pueden añadir suplementos para casos puntuales como es el denominado "lucimiento" de material en un acontecimiento por parte de una actriz.
"La Joyería Suárez tiene una póliza anual que posiblemente se amplió con un anexo para el lucimiento de sus materiales durante la gala de los Premios Goya. Cuando se habla de que las joyas robadas estaban valoradas en 30.000 euros, posiblemente se refieran al precio de venta, pero no al de coste, que sería lo que realmente ha pagado el joyero por adquirirlas y, en definitiva, lo que cubre el seguro", explican fuentes del sector que han preferido mantenerse en el anonimato por el carácter de privacidad y confidencialidad de los contratos relacionados a joyerías, celebrities y exhibiciones en eventos.
El precio de coste puede ser un 50% menor que el precio final que paga un cliente por adquirirlas
El precio de coste -el de reposición de la mercancía- puede ser un 50% menor que el precio final que paga un cliente por adquirirlas, por lo que si las joyas desaparecidas ascendían a los 30.000 euros, las compañías aseguradoras de la emblemática marca -Berkeley España o Willis Towers Watson- solo habrían considerado cubrir unos 15.000 euros. Por ejemplo, si la tasa para ese lucimiento de joyas estuviese fijada en el 1,5 por 1000 del capital asegurado, el precio del servicio por asegurar joyas con un coste para la firma de 15.000 euros de cara a la gala resultaría 22,5 euros.
"Las tasas se aplican a cada caso porque se pueden dejar joyas en condicional para que el cliente elija, se pueden llevar a exposiciones o se las puedes dejar a particulares para que las luzcan en una gala como fue este caso. Se trata se suplementos de ampliación que se aplican a las pólizas anuales", explican fuentes del sector.
"Un suplemento es a fin de cuentas es una variación en el contrato, un anexo en el que se especifica que vas hacer algo que el contrato no contemplaba para que te cubran unas circunstancias que tienen un riesgo mayor, como el lucimiento en una gala, y se paga una sobreprima que es mínima", esxplica Vidal Aguirre, director de operaciones de Albroksa. El precio por póliza anual, continúa, depende del capital asegurado. "Una aseguradora te va a cubrir en función del riesgo que tengas, si en tu joyería tienes 100.000 euros de capital, te costará mucho más barata que alguien que tenga un capital de un millón de euros, pero no es proporcional, porque a medida que va subiendo el capital asegurado, la tasa va bajando", aclara.
Responsabilidad de un hotel
Según Aguirre, cuando aseguras una joyería, estás asegurando el stock que tienes en ella, con una serie de medidas de seguridad determinadas. "La compañía te cubriría un robo en ese local, aunque también puedes hacer una ampliación del contrato para poder desplazar parte de tus existencias a otras estancias y esto puede estar admitido por defecto o por cláusula en el documento. Ahora, si en algún momento puntual tú quieres que se luzcan en una gala multitudinaria, volvemos a hablar de suplemento por el riesgo que genera", señala.
Además, desde Albroksa aclaran que si el propietario o el responsable de las joyas las deja encima de un sofá o en una habitación sin llave y sin vigilancia no se trata de un robo, por lo que las compañías no tienen el deber de cubrir con los gastos. "Si, por el contrario, he avisado al hotel de que tengo joyas en una caja fuerte y las roban, el responsable es el establecimiento que puede tener cubiertos los bienes de los huéspedes o bien, a través de su póliza de seguros de responsabilidad civil, donde suele estar cubierta la garantía de objetos confiados, debe responder de algún modo a las reclamaciones civiles de sus clientes.
El precio del seguro para las grandes joyerías varía del 1 al 1,5% sobre el capital asegurado"
Este periódico ha accedido al seguro de una joyería con un stock de 30.000 euros, el valor que tenían las piezas de Joyería Suárez robadas durante la ceremonia de los Premios Goya. En total, la póliza asciende a 388 euros al año -aunque puede escalar al doble dependiendo del caso- y garantiza a su cliente cubrir la pérdida y/o daños y/o destrucción material de los bienes asegurados "por cualquier causa y en cualquier lugar" en reserva de una serie de limitaciones y exclusiones. Entre las limitaciones destaca que solo respalda un máximo de 30.000 euros por atraco si ocurre durante las horas de apertura al público o en presencia en los locales del asegurado o el personal del mismo, aunque se encuentren cerrados al público. Mientras que durante los cierres a mediodía por ausencia de corta duración solo respaldará 15.000 euros, una cifra que se reduce a 5.000 euros si el robo se realiza durante los días y horas d cierre. En cuanto a delitos de hurto, con fuerza, el límite máximo fijado es de 600 euros, el mismo que para "bienes confiados", cuando el robo se produce en otros locales donde el dueño a depositado las joyas, por ejemplo, en talleres, estudios fotográficos o cofrades. Además, el asegurado ha de comprometerse durante todas sus horas de cierre de sus locales a utilizar todos los sistemas de seguridad de que dispone sin modificarlos sin previo acuerdo con el asegurador.
Sin embargo, en el caso de Joyería Suárez -empresa que facturó 70.000.000 euros el ejercicio de 2015- la póliza anual no se reduce a 388 euros. Según explican desde la Correduría de Seguros Rodolfo Serván, el precio del seguro para las grandes firmas varía del 1 al 1,5% sobre el capital. "Depende de muchos factores, por ejemplo, si tiene o no muestrario, si hay mucho material en los escaparates fuera de las cámaras acorazadas... Todo eso tiene una serie de recargos porque no estamos hablando de un seguro de un coche, estamos hablando de objetos muy golosos", apunta. Por ejemplo, explica, una póliza sobre 30 mil euros puede costar hasta 600 o 700 euros al año y otra sobre un capital de un millón de euros, puede ascender a 10.000 u 11.000 euros con todo incluido. E insiste en que no hay proporcionalidad en función del aumento del capital. En cuanto a los lucimientos, que se hacen en los desfiles de moda por ejemplo, dice que puede pagarse un 0,15% o 0,20% del precio de coste del material, unos 105 o 120 euros con impuestos. "Dentro de una póliza anual este costo no tiene la menor incidencia para una joyería importante", concluye. La familia Suárez, que se ha negado a hacer declaraciones sobre el robo, sí ha transmitido a este diario su absoluta "tranquilidad".