Kohlberg Kravis Roberts (KKR), uno de los principales fondos de capital riesgo del mundo, ya se encuentra oficialmente instalado en España. Hasta la fecha, la compañía ha situado en Londres y París sus cuarteles generales en Europa pero ha llegado la hora de poner la tercera bandera en el Viejo Continente. Y el país elegido ha sido España, el nombre que más suena últimamente para acompañar a la palabra “oportunidad” en el mundo de los negocios.
La entidad llevaba tiempo trabajando en la idea de establecer una oficina en España. De hecho, el país no es ni mucho menos desconocido para la compañía fundada por Henry Kravis y George Roberts, que participa en el capital de compañías como la tecnológica Inaer, el gestor de aparcamientos Saba y la empresa de energías renovables T-Solar.
No obstante, una de las incursiones más destacadas de KKR fue una operación que finalmente no salió. El fondo se presentó como solución para los problemas financieros de NH Hoteles, con un proyecto para tomar parte de su capital aunque, finalmente, la operación se frustró.
Después de este intento, KKR sí participó finalmente en el proceso de refinanciación de Uralita, a la que salvó con un préstamo de algo más de 300 millones de euros con vencimiento a siete años que garantiza la viabilidad del fabricante de elementos de construcción durante los próximos ejercicios.
Un objetivo conocido
Para montar la oficina en España, KKR ha contado con el asesoramiento de ALT Asesores Legales, un despacho que cuenta entre sus clientes con empresas internacionales como la aerolínea de bajo coste EasyJet, la aseguradora AXA, el banco KBC y la compañía de distribución online BuyVip.
El fondo de capital riesgo cuenta con activos bajo gestión valorados en más de 80.000 millones de dólares (algo más de 59.000 millones de euros). En reiteradas ocasiones se ha referido a España como un país de oportunidades gracias a la crisis debido a la rebaja de precios de los activos.
Uno de los sectores en los que está habiendo más movimientos es el inmobiliario, tanto en compraventa de inmuebles como en otras operaciones como adquisición de paquetes de deuda en manos de los bancos y también de las sociedades con las que las entidades financieras gestionaban los inmuebles que mantenían en sus carteras.
El del ladrillo es un sector en el que está trabajando intensamente en España Blackstone, uno de sus máximos competidores en el plano global.