Resulta paradójico en plena época de crisis, pero en muchos despachos de empresarios catalanes, la preocupación por los números ha quedado eclipasada por el sentimiento... independentista. Buena parte de las empresas de referencia catalanas, sea cual sea su ámbito de negocio, han recibido a lo largo de las últimas semanas cartas, correos y consultas sobre su posición ante el debate secesionista alentado por Artur Mas. Para calmar las dudas de los accionistas y clientes de referencia, alguna de estas empresas ha comenzado a enviar a sus directivos de 'road show'. "Más que oblgarnos a decantarnos por la indepedencia o unidad, a nuestros socios les preocupa si estamos empezando a prepararnos ante lo que depare el futuro, sea una relación diferente con Madrid o el mismo estado autonómico que tenemos actualmente", explican varios directivos afincados en Cataluña.
Casi ninguno de los empresarios consultados niega que en sus empresas se esté ideando o, incluso en algún caso, terminando de perfilar el protocolo de actuación en caso de ruptura territorial. "Tendremos que atender a los dos mercados, el catalán pero también el español. Las cuentas de resultados de la mayoría de las empresas catalanas se nutren mayoritariamente de las ventas en el resto del territorio español. Por tanto, hay que estar preparado para que lo que pueda pasar afecte lo menos posible a la marcha del negocio", asegura un directivo del ámbito constructor.
Los resultados de La Caixa y Sabadell, dos de las primeras grandes marcas catalanas en presentar su situación fianciera del tercer trimestre, son un perfecto reflejo de las palabras de este ejecutivo. Como reconoció Jaume Guardiola, consejero delegado del Sabadell, su entidad cuenta con un 70% de su negocio en el resto de España, fuera de Cataluña, fruto de las sucesivas integraciones de entidades en los últimos años (Atlántico, Zaragozano, Urquijo o la CAM, entre otras). Una situación similar vive La Caixa, a quien la compra de Banca Cívica le ha supuesto liderar el mercado financiero navarro (influencia de la CAN) y buena parte del andaluz (por Cajasol).
La elección de estos 'emisarios' tiene una clara intencionalidad. Se desechan los perfiles de los directivos que se acercan a cualquiera de los dos extremos de forma exacerbada
"¿Qué si hay plan 'B'?. Cada uno estará pensando el suyo, pero todos tendremos uno, aunque finalmente sea un dossier que quede guardado en una caja fuerte", prosigue esta fuente. ¿Este plan 'B' implica otra sede o desplazar la sede fuera de Cataluña?. La pregunta encuentra el silencio o el inminente desmentido por parte de los empresarios consultados. Estos planes de contigencia, sin embargo, sí forman parte de los argumentarios que explican los directivos de las multinacionales catalanas a sus socios y grandes clientes. Precisamente, la elección de estos 'emisarios' no es una mera cuestión al azar. Se desechan los perfiles que se acercan a cualquiera de los dos extremos. "Las empresas son un fiel reflejo del espectro sociopolítico. Se dan todas las tendencias e incluso, en algunas reuniones entre directivos, se defiende con vehemencia la independencia y lo contrario", razonan desde una multinacional.
Este discurso moderado que se transmite a socios y clientes refleja la posición que ha adoptado el empresariado catalán en su conjunto, que ha pedido a Mas que explore ante Madrid otras vías frente al independentismo, como el concierto económico. Así se lo solicitaron los pesados pesados del mundo de los negocios catalán en una cena el pasado miércoles, como informó este medio el pasado sábado. Salvo José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, que no ha escondido su crítica al movimiento secesionista, ningún otro número uno de la empresa catalana se ha decantado de un lado o de otro. "Hacerlo supone el boicot de fuera o el enfado en Cataluña. Hay que medir cada declaración al milímetro. Es un difícil alambre dialéctico que habrá que mantener hasta que no empiece a haber un diálogo fluido entre Moncloa y la Generalitat", admiten desde el despacho de un rascacielos barcelonés.
Entre tanto, en algunos sectores, como el de la alimentación, las declaraciones de indepedencia ya hace que se resientan las ventas del cava catalán antes de su 'agosto' particular, la campaña navideña. Otros directivos temen que alguna administración pública autonómica "prefieran" otras ofertas a las de su empresa en algún concurso público. Mientras, en el mundo financiero, La Caixa está pendiente del efecto que pueda tener el debate independentista en el flujo de entrada y salida de depósitos. "Es evidente que, en las sucursales, se habla del tema catalán, pero, hasta el momento, no hemos notado ningún tipo de incidencia negativa ni pérdida de clientes", aseveró el pasado jueves el consejero delegado del Sabadell, durante la presentación de resultados del tercer trimestre, en la que incidió que el 60% de los accionistas de esta entidad son de fuera de Cataluña.
El resto del sector financiero tampoco ha comenzado a notar una posible recogida de clientes provenientes de alguna entidad catalana. "No me consta que nuestra ganancia de clientes tenga que ver con la situación política en Cataluña", incidió el pasado viernes Jacobo González Robatto, director general financiero del Popular. El ejecutivo del banco que preside Ángel Ron no considera que el proyecto separatista de Mas pueda influir en la subasta de Catalunya Caixa, que se iniciará a lo largo de diciembre, con la intención de adjudicarla a lo largo del primer trimestre de 2013. Sin embargo, en otras entidades piensan lo contrario. "El mercado catalán es muy importante porque concentra el 21% del PIB español. Pero 'comerse' a Catalunya Caixa implica un gran esfuerzo de capitai que hace pensárselo mucho ante la indefinición política actual", comentan desde la sede de otro posible interesado en la tercera entidad catalana por tamaño. La Generalitat aboga por otra gran entidad catalana, con la unión de Sabadell y Catalunya Caixa. Sin embargo, en este proceso, por encima de Rajoy y Mas se sitúa la Troika, que aunque aplaude las reformas financieras que se vienen practicando si advierte que estará vigilante de todas las operaciones de fusión que se planteen en los próximos meses.