Alberto Alcocer y Alberto Cortina seguirán siendo uno de los apoyos firmes con los que cuenta el presidente de ACS, Florentino Pérez, en el grupo constructor y de servicios. Pero la operación no les ha salido precisamente barata. Después del cataclismo que supuso para la mayoría de los socios el ruinoso año 2012 de la compañía, los Albertos procedieron a la reestructuración financiera de su participación, una maniobra que les ha costado casi 80 millones de euros.
La participación de Alcocer y Cortina en ACS, que llegó a superar el 14%, se redujo hasta el 9% a lo largo de 2012. Parte de esta reducción, algo más de la mitad, se debió a la ejecución de garantías por parte de determinadas entidades financieras, especialmente las cajas nacionalizadas.
Mientras, otra parte se debió a que los Albertos vendieron títulos en el mercado para obtener la liquidez necesaria para atender el servicio de la deuda después de que la compañía anunciara que no repartiría su tradicional dividendo a cuenta de los resultados.
A mediados de 2012, la acción de ACS se situó por debajo de la cota de 11 euros, sus mínimos de la última década, lo que provocó las citadas ejecuciones toda vez que los Albertos no fueron capaces en esos momentos de aportar garantías para evitarlas.
A partir de entonces, los Albertos comenzaron a conformar una nueva estructura para apuntalar la participación que mantienen en la compañía y que desean conservar.
Coberturas de derivados
De este modo, los financieros tuvieron que aportar nuevas garantías a la banca acreedora para evitar nuevas ejecuciones, aunque el repunte de las acciones de ACS ha hecho que, por el momento, la posibilidad de ejecución se aleje de forma notable.
Por otra parte, los financieros han contratado para las sociedades instrumentales a través de las que mantienen sus participaciones en Bolsa instrumentos derivados para tratar de minimizar los efectos de un hipotético nuevo desplome de las acciones de ACS.
Estas maniobras han hecho que los gastos financieros en las instrumentales de los Albertos se disparen hasta los 78,7 millones de euros, cuando habitualmente este capítulo se saldaba en cifras de entre 10 y 15 millones de euros anuales.
Actualmente, la participación de los Albertos en el grupo constructor está valorada en unos 750 millones de euros, más del doble de lo que valía a mediados de 2012, cuando Alcocer y Cortina redujeron drásticamente su presencia en ACS.
La delicada situación por la que atravesó la compañía y la supresión del dividendo hizo que estallara la tensión entre los financieros y Florentino, aunque posteriormente la situación se recondujo después de que Pérez lograra que, al menos, se repartiera un dividendo complementario, lo que alivió algo la situación financiera de los Albertos.