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El negro balance de las grandes marcas desde 2001: 8.600 despedidos y 41 plantas cerradas

Grandes multinacionales extranjeras (Unilever, Nestlé, Danone, Mondélez) pero también empresas fabricantes españoles 'de toda la vida' (Puleva, Chupa-Chups, Leche Pascual) dieron marcha atrás en España durante los últimos 15 años, con despidos y cierres de fábricas.

  • Protestas contra el cierre de la fábrica de Huesitos en Zaragoza, propiedad de Mondélez

Las grandes marcas de producción alimentaria y droguería efectuaron un recorte de empleo sonoro entre 2001 y 2015, mucho antes incluso de que empezara la crisis económica y argumentando siempre criterios de eficiencia y mayor productividad. Según datos recopilados por los sindicatos y a los que ha tenido acceso Vozpópuli, en los últimos tres lustros, estas grandes compañías despidieron a 8.653 personas, cerrando 41 plantas de producción en España. Se trata de datos en bruto, ya que el balance total no sería tan amplio. Por ejemplo, en 2014 hubo creación de empleo en el sector según el último informe de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB).

La palma en el cierre de plantas se la lleva Unilever, que en España comercializa 24 marcas, tan conocidas como Tulipán, Rexona, Frigo, AXE o Ligeresa. La multinacional angloholandesa despidió a 2.400 trabajadores desde 2001 hasta 2007, pasando de un plantilla de 4.000 a una plantilla de 1.600 en 2009. Además, según los datos recopilados más del 70% de su producción se realiza ahora fuera de España. Entre 2001 y 2007 cerró 7 fábricas y en 2012 clausuró también su factoría de Aranjuez (Madrid), especializada en marcas como Skip y Mimosín. Curiosamente, a la vez que la compañía anunciaba 20.000 despidos en todo el mundo en 2007 se embolsaba 2.280 millones netos sólo en un semestre.

                      DESPIDOS DE GRANDES EMPRESAS 2001-2015

Unilever ha respondido a este periódico, interesado en cómo quedó su producción después de similar recorte. "Unilever produce tanto dentro como fuera de España, por temas de costes de producción. Aun así, el hecho de que Unilever tenga solo una fábrica en España no impide que se hagan muchos de los productos con co-packers españoles. Además de ayudarlos trabajando con ellos también hacen que sean más competitivos en el mercado internacional. Un ejemplo muy claro es el caso de Agraz, una agricultora de tomates sostenibles de Badajoz, que provee tomates a Knorr. Y es precisamente en España donde Knorr cuenta con una de sus plantaciones más importantes de tomates sostenibles, y por lo tanto ya se ha convertido en el principal proveedor de tomates para Knorr en toda Europa. A día de hoy fabrican 185.000 toneladas de tomate y exporta a 12 países donde Unilever opera", ha contestado la compañía, cuya sede en España se encuentra en Barcelona.

Por su parte, desde la Federación de Industrias Agroalimentarias y Bebidas (FIAB) se ha preferido no comentar, rebatir o puntualizar nada relacionado con este tema.

Más despidos

El grupo norteamericano Wrigley-Orbit se encuentra en segunda posición en cuanto a recorte de empleo, si bien a muchísima distancia de Unilever. El fabricante de chucherías afrontó la caída en la demanda cerrando la fábrica de Chicles Joyco en Alcarràs, Lleida (215 despedidos ) en 2005 y cuatro años después hizo lo propio con su factoría de Tarazona (Zaragoza), donde fabricaba las marcas Solano y Boomer y que supuso la marcha de 160 empleados. 

La asociación que aglutina a las grandes marcas Promarca, y que incluye a buena parte de estas compañías (a pesar de que no hace públicos sus integrantes) ha declinado comentar sobre estos recortes.

Los ajustes de las grandes marcas se estaban produciendo mucho antes de que la crisis comenzara, en años donde la renta media española subía

También de relevancia han sido los ajustes del grupo británico Cadbury-Schweppes. La multinacional no recortó empleo durante los años de bonanza como otras, pero sí que acometió ajustes cuando empezó la crisis. En 2008 cerró la fábrica de Trident en El Prat de Llobregat (Barcelona) cuya producción mandó a Polonia con 170 despidos. En 2010 acometió otro ERE temporal, sin cierre, de una fábrica de golosinas en Valladolid justificado por la caída de la demanda de estos productos.

"Problemas para competir"

"Estos datos no hacen sino demostrarnos la dificultad que tienen las compañías para competir en este entorno global", ha comentado a este periódico un experto en el sector agroalimentario. La crisis económica ha influido mucho en los fabricantes de grandes marcas ante el trasvase masivo de consumidores a la marca blanca en el que tanto han tenido que ver compañías como Mercadona. Sin embargo, los datos demuestran que sus ajustes se estaban produciendo mucho antes de que la crisis comenzara, en años donde la renta media de los españoles no hacía sino aumentar.

Así, por ejemplo, Schwarzkopf & Henkel, conglomerado alemán de productos de belleza, cerraron en 2007, un año en que la economía española creció más de 3 puntos, su fábrica de jabones La Toja en A Coruña. Resultado: 147 trabajadores despedidos. La producción se trasladó a dos fábricas en Alemania y Eslovaquia.

Por su parte, la norteamericana Procter & Gamble se deshizo de 50 puestos de trabajo en 2006, con un recorte de plantilla para mejorar la productividad de los puestos desde el nivel de gerente general. Varios años después, la compañía repitió aunque con más virulencia: en 2012 cerró la planta de Ambipur en Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona) mientras que en 2013 cerró la planta de Arbora y Ausonia también en la provincia catalana y se trasladó a Madrid. Entre unos y otros: 280 trabajadores despedidos.

Empresas españolas

Pero en las multinacionales extranjeras no acabaron los despidos. Grandes fabricantes alimentarios españoles han seguido la misma tendencia en los últimos años que sus competidores extranjeros: despidos y cierres de factorías. Es el caso de Chupa-Chups, que clausuró en 2010 su factoría de Villamayor (Asturias), con 122 trabajadores afectados. O de Puleva, que despidió a 80 trabajadores después de echar el cierre a una fábrica que tenía en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en 2013. Cuatro años antes otro de los más importantes grupos lácteos españoles, como es Leche Pascual (hoy en día renombrado como Calidad Pascual) anunció el cierre de su planta de Outeiro del Rey y el despido de los empleados en Aranda de Duero (Burgos). 245 trabajadores fueron a la calle tras ello.

Coca-Cola Iberian Partners (CCIP), una compañía de capital español pero hermanada con la multinacional norteamericana, también ha protagonizado su sonoro ERE con despido de unas 1.000 personas.

"Ahora, El Caserío se hace en Bélgica tras vender Kraft, Trident se hará en Polonia, Rexona y Fairy en Reino Unido y Francia"

Las fuentes sindicales consultadas consideran que "la principal conclusión es que durante el periodo de bonanza entre 2001 y 2007 se produjo en España un proceso de desinversión continuado, con el consiguiente traslado de la producción a otros países". De igual modo, aseguran, también se ha perdido la trazabilidad de las marcas. Por ejemplo, "la marca El Caserío se hace en Bélgica tras vender Kraft, Trident se fabricará en Polonia, las marcas de Unilever Rexona y Fairy se hacen en Reino Unido y Francia mientras que la marca de geles de baño La Toja se fabrica en Alemania y Eslovaquia tras el cierre de la fábrica coruñesa".

La asociación en defensa de los fabricantes de alimentación y droguería tradicionales, Promarca, que trata de conseguir mejor posicionamiento para sus productos, viene argumentando la necesidad de parar este círculo vicioso en el que algunas de estas compañías se encuentran, afectadas por la caída de la demanda, el auge de algunas compañías de distribución y su menor posibilidad de influir en ellas, y también el cambio de gustos en el propio consumidor. Estas compañías aún emplean a miles de personas en España tanto en sus labores de fabricación como en comercialización, marketing y otras funciones.

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