El Metro de Madrid ha presumido de ser el mejor del mundo o incluso el más innovador. También se ha llevado premios por sus campañas de márketing y no cabe duda de que ha llegado a ser el orgullo de los madrileños. Aquello fue en el pasado. Ahora, el suburbano ha perdido calidad, y los usuarios no sólo lo están notando sino que no se lo perdonan.
Cada día, la cuenta de Metro en Twitter (@metro_madrid) se llena de quejas. Al igual que en la red del suburbano, los momentos de mayor actividad en la red de microblogging coinciden con la hora punta. También son frecuentes las reclamaciones (algunas ilustradas con imágenes) a partir de las diez de la noche, cuando los tiempos de espera se multiplican.
Las quejas de los viajeros aumentan a la vez que los tiempos de espera y el precio de los billetes. El servicio, por el contrario, ya no es el que era. Lo que antes se contaba como incidencias aisladas, ahora son constantes en el día a día de cualquier usuario del Metro: torniquetes fuera de servicio, escaleras mecánicas paradas, tiempos de espera que superan los intervalos indicados en las tablas de frecuencias o vagones sin climatizar acaparan la mayoría de las quejas.
Peor servicio y precios más altos
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha iniciado una campaña para constatar todas estas incidencias y agruparlas para presentar acciones en el futuro. Desde la OCU explican a Vozpópuli que la iniciativa arrancó en las redes sociales, con la etiqueta #dondeestamimetro, tras el aumento de las quejas registradas por la organización sobre el funcionamiento del suburbano en la capital.
El objetivo de #dondestamimetro es “constatar para luego presentar acciones”, indican, aunque precisan que aún no han decidido si serán administrativas o judiciales, ya que la campaña aún se encuentra en fase inicial. En cuanto al éxito de la campaña, afirman que “está teniendo bastante acogida porque la gente está cansada”, entre otras cosas porque “no se cumplen las frecuencias”, motivo que dio origen a la campaña.
“Hay una carta de servicios que se tiene que cumplir”, denuncian desde la OCU. Estos servicios, consideran, no sólo no se cumplen sino que cada vez “cuesta más y el servicio es peor”. “Cuando se sube una tasa o precio público, se supone que es para mejorar”.
La OCU ya hizo un estudio en abril de este año sobre las tarifas del transporte urbano en 53 ciudades españolas. El precio de transporte público subió un 8,1% de media en los últimos tres años, porcentaje que en el caso del Consorcio de Transportes de Madrid (que agrupa Cercanías, Metro y autobuses) ascendió al 21%. Además, los madrileños son quienes más pagan por utilizar el transporte público. “Sus bonos y abonos son desde hace tiempo los más onerosos y la subida del 21% de sus tarifas en los últimos tres años no contribuye en modo alguno a reducir diferencias”, señala el estudio.
La mayor subida de tarifas se produjo en 2012, coincidiendo con un recorte en el servicio que prestaba el suburbano. Entonces, las tarifas experimentaron el mayor repunte en diez años, con una media del 11%. El título que más subió fue el suplemento por ir al aeropuerto de Barajas, que pasó de 1 a 3 euros, seguido por el metrobús de 10 viajes, que pasó de 9,3 a 12 euros, un 29% más.
Un 12% de los viajeros abandonan el Metro
El paso de los abonos mensuales de banda magnética a la tarjeta sin contacto también está trayendo no pocos quebraderos de cabeza a los usuarios. Primero, fue la demora entre la solicitud de la tarjeta y el envío, que superaba los dos meses. Ahora, son los torniquetes. “Es posible que haya algún fallo porque todavía se están adaptando”, indican a Vozpópuli desde Metro de Madrid.
En cuanto a las escaleras mecánicas, Metro resuelve las quejas que envían los usuarios al respecto informando de que este tipo de incidencias suelen tener una media de entre el 2% y el 3%. En total, la red tiene 1.700 escaleras mecánicas, por lo que esta tasa “supone unas 40 ó 45”, indican desde el suburbano. “Entendemos que genera molestias a los viajeros”, indican, sobre todo cuando estas incidencias se producen en estaciones con un gran tráfico de viajeros, y reconocen que en ocasiones “se han podido demorar un tiempo las reparaciones”.
“Sí es cierto que estos últimos meses hemos tenido que tomar una serie de medidas para ser sostenibles”, explican respecto a las reclamaciones. Entre estas medidas, se encuentra la reducción del servicio de trenes, realizada en octubre de 2012, que Metro cifra en el 6% y relaciona con la caída de la demanda, ya que el número de viajeros se redujo en un 12% en el periodo 2008-2012.
La fuga de usuarios continúa este año, con un 9,1% menos entre enero y septiembre, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto no quiere decir que los habitantes de Madrid den la espalda al transporte público, ya que en el último año ha aumentado un 5,9% el número de personas que prefieren moverse en autobús.
Asegurar la viabilidad en 2014
Desde Metro, indican a Vozpópuli que los objetivos para 2014 son “asegurar el mantenimiento de la calidad del servicio” además de “la viabilidad de la empresa”, tal como recogen los presupuestos para el próximo año. Así, recogen un aumento “en las inversiones en mantenimiento de instalaciones y servicio en general que se dé al viajero”.
Según explican los presupuestos para el año que viene, que llegarán a la Asamblea de Madrid en diciembre para su aprobación, el año que viene el suburbano pretende "incrementar los ingresos por viajero". Así, espera reducir el resultado negativo de 98,6 millones de euros estimado para cierre de 2013 a unas pérdidas de 9,8 millones con un incremento en el presupuesto de tan sólo el 0,65% al pasar de los 971 millones de este ejercicio a 978.
El presupuesto incluye también la reducción de plantilla en 593 empleados (un 11,7) del ERE voluntario de Metro, que ya cuenta con el acuerdo de empresa y sindicatos y que se votará en asamblea la próxima semana. No será hasta esta aprobación definitiva por parte de los trabajadores cuando se puedan llevar a cabo tanto el ERE como otras medidas de contención y ahorro recogidas en el convenio, como la congelación del salario a los trabajadores.
“Esperamos que todo se pueda poner en marcha a la mayor brevedad posible”, explican desde Metro, y añaden que la intención de la empresa pública es comenzar a aplicar el ERE a principios del año que viene.