La liberalización del transporte ferroviario de viajeros prosigue siendo un objetivo por cumplir por parte del Ministerio de Fomento. Pero el precedente de la apertura del área de mercancías no invita precisamente al optimismo. Ocho años después de su entrada en vigor, tan sólo siete compañías cuentan con todo lo necesario para competir con Renfe Operadora. En total, Fomento ha concedido 19 licencias en este periodo, tres de ellas en lo que va de año.
La diferencia entre ambas cifras se explica por el hecho de que no todas las concesionarias de una licencia cuentan con el certificado de seguridad imprescindible para circular por la red ferroviaria del Estado. La primera en obtenerlo fue la propia Renfe Operadora y con ella Comsa Rail Transport, perteneciente al grupo constructor catalán Comsa Ente, cuando en septiembre de 2005 se concedieron las primeras licencias.
Las inmediatamente siguientes en obtener el visto bueno del Ministerio de Fomento también cuentan con el certificado de seguridad para operar. Se trata de Continental Rail, controlada por ACS; Acciona Rail Services, propiedad de la compañía de construcción y energía participada por la familia Entrecanales; Activa Rail, de la empresa especializada en mercancías especiales Transfesa; y Tracción Rail, del grupo constructor andaluz Azvi.
A partir de 2006, Fomento ha concedido un total de 13 licencias más pero tan sólo dos cuentan con el certificado de seguridad: la valenciana Logitren Ferroviaria y Ferrovial Railway. Mientras, Fesur, FGC Mobilitat y Alsa Ferrocarril tienen suspendido temporalmente su certificado de seguridad.
Monopolio encubierto
Con licencia pero sin poder operar se encuentran compañías como Guinovart Rail, propiedad de OHL; Arcelormittal Siderail; Eusko Trendibeak-Ferrocarriles Vascos; y Monbus Rail, controlada por la empresa gallega de transporte de pasajeros por carretera Monbus.
La última en obtener licencia ha sido Veloi Rail, constituida por Planeta, que aspira a entrar de lleno en el proceso de liberalización de transporte de pasajeros en las líneas de alta velocidad.
Con este escenario resulta difícil que el mercado se reparta de forma adecuada. Así, Renfe ya no opera como monopolio pero su cuota se aproxima al 85% mientras que el resto debe repartirse las migajas restantes. Los expertos consideran que estas cifras no hablan de una verdadera liberalización sino de un monopolio encubierto.
El Ministerio de Fomento busca en estos momentos la fórmula más adecuada para liberalizar el transporte ferroviario de pasajeros, un proceso que se ha visto momentáneamente interrumpido por el trágico accidente del Alvia Madrid-Ferrol, acaecido el pasado 24 de julio.