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Quabit sospecha que Enrique Bañuelos, el mago del boom, se esconde en su accionariado

Nada hacía presagiar que en la junta de accionistas de Quabit celebrada el miércoles, ocurriera algo fuera de lo previsto. Hasta que asomó la cabeza el segundo accionista, Martibalsa.

  • Enrique Bañuelos, fundador de Astroc

Tras años de resistencia a la profunda crisis del sector inmobiliario español, Quabit, la antigua Astroc, celebró el miércoles junta de accionistas para aprobar una ampliación de capital de diez millones de euros y comunicar las primeras promociones en marcha desde el pinchazo de la burbuja. Nada hacía presagiar que la junta no discurriera por los cauces habituales y que todos los puntos del orden del día fueran aprobados sin oposición. Hasta que tomó la palabra el representante de la sociedad Martibalsa, el segundo accionista de la inmobiliaria, con el 18% del capital.

El letrado Pedro Albarracín, del despacho valenciano Olleros Abogados, expuso la oposición de su representada, Martibalsa, a la ampliación de capital propuesta, y reclamó un puesto en el consejo de administración (que no fue admitida). La intervención de Albarracín en la junta celebrada en el piso 28 de la torre PwC en Madrid, provocó murmuros entre los asistentes. "Es curioso que en todos estos años de crisis Martibalsa no haya aparecido en las juntas, y ahora que hemos reestructurado la deuda, vengan y pidan un puesto en el consejo, tendrían que haber estado aquí en los momentos difíciles", manifestó el presidente de Quabit, Félix Abánades. "Rayet fusionó Rayet Promoción con Quabit para sacar adelante la empresa, si no hubiera sido así hoy no existiría", dijo.

Astroc salió a Bolsa en 2006 a poco más de seis euros por acción y en unos meses alcanzó los 75 euros por título

Bajo la recriminación de Abánades a la intervención del representante de Martibalsa se haya la sospecha del empresario de Guadalajara de que tras Martibalsa se esconde Enrique Bañuelos, el fundador de Astroc, aquel que en 2006 sacó a Bolsa la empresa a poco más de seis euros por acción, básicamente una sociedad dedicada a la recalificación de terrenos, y que por arte de magia logró en unos meses situarla en el mercado a más de 75 euros por título, tras haber convencido a algunas de las mayores fortunas españolas, como el fundador de Zara, Amancio Ortega, o la familia Nozaleda, propietaria de Nozar, de embarcarse en la aventura.

El 18 de abril de 2007, Astroc perdió más de un 40% de su valor en Bolsa, dando comienzo al gran pinchazo de la burbuja inmobiliaria española. A medidados de ese año Abánades se hizo con la mayoría de Astroc, cambió el nombre de la sociedad, primero por Afirma, después por la actual denominación de Quabit, y fusionó sociedades de su propiedad con la inmobiliaria, entre ellas su constructora Rayet, que se convirtió en el primer accionista de la compañía.

Abánades apostó por la antigua Astroc sin poder presagiar lo duro que iba a ser la caída del sector inmobiliario español. En la actualidad, aunque ha logrado evitar la quiebra de Quabit, Rayet se encuentra en concurso de acreedores, una situación de la que posiblemente emerja antes de que termine el año, después de haber presentado propuesta de convenio de acreedores. Quabit cotiza a 0,08 euros por acción y prácticamente desde que Abánades se hizo con el control de la empresa, hoy controla menos del 30% del capital, esta no ha hecho otra cosa que negociar refinanciación tras refinanciación. En Quabit a Bañuelos se le conoce como "el innombrable", consideran que Abánades heredó una compañía con más agujeros de los que parecía tener.

En 2008 Martibalsa, entonces una sociedad del empresario valenciano Vicente Cotino, se hizo con deuda que el grupo Nozar tenía en Astroc, intecambiándola por acciones de la inmobiliaria. En diciembre de 2009 Cotino anunció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en un escueto comunicado que había vendido Martibalsa a la sociedad Crein, inmobiliaria valenciana de Juan José Galiano Frías, especializada en la promoción, construcción y gestión de viviendas protegidas en régimen de alquiler.

Kavaal Real Estate y Martibalsa

Las sospechas de Félix Abánades sobre la presencia de Bañuelos en el capital de Martibalsa, y por tanto también en el de Quabit, tienen algo de fundamento, aunque el presidente de la inmobiliaria admite que no dispone de pruebas actualizadas. Hay datos en los registros mercantiles que avivan esas sospechas de Abánades. Kavaal Real Estate, sociedad de inversión de Enrique Bañuelos, antes denominada CV Capital, informaba, en sus cuentas del ejercicio 2010, que poseía el 50% de Martibalsa. Y en las últimas cuentas que se encuentran disponibles en el Registro Mercantil de Martibalsa, del año 2013, figura como socio Kavaal Real Estate, en el apartado de Operaciones con partes vinculadas. Sin embargo, Martibalsa niega en la actualidad relación alguna con Bañuelos y esos datos de los registros mercantiles pudieran estar desactualizados.

"En 2013 Kavaal salió de Martibalsa y se firmó un acuerdo para esa salida, ese acuerdo incluía unos plazos de pagos, el último se efectuó en 2014, el proceso de salida fue largo y conflictivo, pero se cerró con acuerdo y desde entonces no hay ninguna relación", explica Pedro Albarracín. "Creo que no se conoce bien como Juan [Juan José Galiano Frías] entró en Martibalsa, se cree que era un testaferro de Bañuelos, cuando en realidad lo que hizo fue aportar todo su patrimonio a Martibalsa; estamos a disposición de Quabit y de Abánades para explicarlo todo, no tenemos en absoluto ningún contacto con Bañuelos", asegura.

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