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La refinanciación de deuda de ACS fuerza a Florentino Pérez a promover operaciones corporativas en Iberdrola

La deuda de ACS explica los intentos de su Presidente, Florentino Pérez, por forzar fusiones como la que ha planteado al Gobierno entre Iberdrola y Gas Natural. Sin embargo, fuentes de la constructora  aseguran que esas soluciones podrían dilatarse hasta tres años, porque la constructora ha conseguido que hasta 32 bancos le permitan aplazar el repago de más 9.300 millones.

  • Los apuros de refinanciación de ACS impulsan movimientos en Iberdrola

La deuda que acumula ACS está llevando a su Presidente a buscar operaciones corporativas con las que aliviar su balance, pero el desenlace puede dilatarse hasta 2015. Así justifican fuentes de la constructora el fracaso de la maniobra de Florentino Pérez de impulsar la fusión entre Iberdrola –donde posee el 18,5% del accionariado—y Gas Natural-Fenosa, una propuesta que Pérez trasladó al ministro de Industria, José Manuel Soria, el pasado mes de febrero, tal como reveló ayer Vozpópuli.

Según confirman fuentes de ACS, la compañía ha conseguido prórrogas a sus créditos hasta el año 2015 y manejan ese horizonte como plazo para resolver sus posiciones en la eléctrica española. Por ese motivo “no preocupa” –aseguran esas fuentes—que la fusión defendida por Florentino Pérez ante el Gobierno no cuente con el respaldo del Gobierno de Rajoy y no salga adelante.

"No preocupa" que la fusión no salga adelante, aseguran fuentes de ACS

El Presidente de ACS se reunió el pasado mes de febrero con el ministro de Industria, José Manuel Soria, para presentarle los términos de esa operación. Según el cuadernillo, la constructora plantea dos escenarios de fusión: la unión de Iberdrola y Gas Natural (presentada como la del “gigante nacional”) y la unión de Iberdrola, Gas Natural y Repsol (presentada como de “gigante internacional”).  Ambos blindarían a la eléctrica española frente a la posibilidad de una absorción por parte de rivales internacionales como Électricité de France (EDF) que, precisamente, ya intentó comprar Iberdrola en 2008 de la mano del propio Florentino Pérez.

 

ACS estira sus problemas de deuda hasta 2015

El horizonte de 2015 lo marca más los plazos que la banca le está concediendo que la propia estrategia de la constructora. Hasta 32 entidades han renegociado con ACS el estirar sus créditos tres años más para que repague los 9.300 millones de euros que les adeuda. La estrategia de la constructora ha sido la de ahondar el agujero pero estirar su perímetro: en los últimos 12 meses, la constructora ha aumentado un 16,6% sus deudas, tal como recoge la documentación presentada a la CNMV.

Sin embargo, ha conseguido que los bancos le otorguen tres años más de plazo para repagarla Los acuciantes vencimientos que tenía que afrontar en 2012 se han trasladado mayoritariamente hasta 2015 con las siguientes operaciones:

  • El 10 de febrero de 2011, ACS renegoció con 27 entidades financieras estirar el repago de 2.059 millones de euros. El nuevo plazo vence el 28 de diciembre de 2014.
  • En junio, ACS también extendió el contrato de “equity swap” por el que tenía que pagar su entrada en Iberdrola. Consiguió tres años más de plazo (hasta marzo de 2015) para abonar otros 2.430 millones.
  • En el mismo mes de junio, UBS también le amplió el préstamo de 900 millones de euros que le había concedido para entrar en Iberdrola a través de Corporate Funding, S.L. Obtuvo tres años más de plazo.
  • El 27 de octubre, también extendió hasta el 24 de julio de 2015 el repago de los 602 millones que gastó en entrar en Hotchief A.G., a través de Cariátide
  • El pasado 9 de febrero de 2012,  un sindicato de 32 bancos permitió otra refinanciación más que llevaba los vencimientos hasta julio de 2015. El importe contratado era de 1.377 millones, ampliables a € 1.650 millones.
  • Finalmente, a primeros de marzo, Natixis también extendió hasta 2015 el vencimiento de un contrato de derivados sobre las acciones de Iberdrola (“equity swap”) representativas del 4,68% del capital social actual de la eléctrica con el que fijaba como nueva fecha de finalización del contrato en marzo de 2015.

Con ese horizonte en mente, la constructora asegura que puede esperar hasta tres años para favorecer una solución corporativa a su problema en Iberdrola.

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