En la tarde de este jueves, a las 17.30 horas, en el Ministerio de Fomento se ha discutido gran parte del futuro de Renfe. Al encuentro han acudido el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, y los sindicatos ferroviarios presentes, fundamentalmente, en Renfe Operadora y Adif. El punto que han abordado se remite a “políticas de empleo” en ambas compañías, un eufemismo para no referirse al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que Fomento prepara desde hace prácticamente un año.
En esta cita, los responsables de la dirección de Renfe y Adif y de los sindicatos representados en el Comité de Empresa de ambas operadoras han acordado la creación de una 'Mesa de Empleabilidad' para negociar en su seno las condiciones de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) "voluntario y universal" y en la que estarán representados dirección y sindicatos de Renfe y de Adif.
El ERE lleva prácticamente un año cociéndose en los despachos de Fomento
La noticia de la reunión ha sido confirmada a Vozpópuli por fuentes gubernamentales y sindicales. De acuerdo con las últimas noticias, Renfe, dirigida por Julio Gómez-Pomar, plantea un ERE voluntario que afectaría a entre 1.500 y 2.000 trabajadores, aproximadamente el 15% de una plantilla de menos de 14.000 trabajadores. Los sindicatos, en armas, tratarán de echar por tierra la idea de Renfe o, cuando menos, mejorar las condiciones.
Entre lo poco que se sabe, está que Fomento ya pensó en dar una indemnización de 20 días por año trabajado (los sindicatos, a buen seguro, pujarán por más) para los empleados de más de 55 años. No obstante, esta es la idea que el ministerio que tutela Ana Pastor manejaba el año pasado, ergo podría estar sujeta a cambios.
Desde la llegada del PP al poder, los nuevos responsables de Fomento y los altos cargos de Renfe y Adif nunca escondieron el ajuste de plantilla que esbozan para el operador único ferroviario. Los dirigentes argumentan muchas cosas: las directivas procedentes de Bruselas consistentes en adelgazar el sector público, la deuda de Renfe de casi 5.000 millones de euros o la supresión de servicios y horarios (que no cierre, como se dijo la semana pasada) en medio centenar de líneas. Todo ello, aseguran, exige un ajuste de plantilla.
Se avecinan huelgas y supresión de trenes para los próximos meses
A finales de septiembre del año pasado, Julio Gómez-Pomar avanzó algo durante unas jornadas en Sevilla. El presidente del operador habló de un “exceso de personas en Renfe, y con una edad media elevada”, lo que debe derivar, en opinión del alto cargo, en “un proceso voluntario de regulación de empleo”.
Los sindicatos refutan de plano las explicaciones del Gobierno. Aducen que Renfe es objeto desde hace muchos años de una mala gestión y de una sobrerrepresentación de la cúpula directiva. También que los esfuerzos por ahorrar no comportan una rebaja, sino un aumento, de la deuda, que existen otras partidas que eliminar antes que frecuencias horarias y trabajadores, que la carrera por el AVE arruina las líneas convencionales (y las arcas del Estado) y que políticas de precios como la actual, basada en agresivos descuentos del billete, no contribuyen en nada a estabilizar la empresa.