Rapidez absoluta. En menos de una semana, Repsol y Caixabank han cerrado la venta de sendos paquetes del 10% al fondo Global Infraestructure Partners (GIP) por un monto conjunto de 3.802,6 millones, a razón de 1.901,3 millones cada uno de ellos. El precio final por acción ha sido de 19 euros, frente a los 18,5 con que cerró hoy el valor.
Las plusvalías para Repsol se elevan a 246 millones y las de Caixabank, a 218 millones. Finalmente, los dos accionistas vendedores han concedido al fondo estadounidense tres consejeros, en función del 20% que detentará en el capital, de los 17 con que contará el máximo órgano de gobierno de la energética catalana tras los cambios.
GIP (20%) y Repsol (20%) tendrán tres consejeros cada una, después de que la petrolera haya cedido uno, mientras Caixabank se queda con cuatro, en virtud de su 24% del capital. El acuerdo parasocial que mantenían los dos accionistas históricos que disuelto desde hoy mismo, según han confirmado oficialmente las entidades.
Para sustituirlo, estos días se negocia a marchas forzadas un nuevo acuerdo entre los tres accionistas que sentará las bases para el diseño del nuevo consejo, las funciones del presidente, cargo que recaerá en Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, la gestión del grupo y la estrategia a futuro, con una marcada apuesta por una mayor internacionalización a petición de GIP.
En el marco de estos acuerdos, para evitar las suspicacias de la CNMV, los tres nuevos accionistas han dado la vuelta a la forma de tomar decisiones en el consejo, de forma que las decisiones más sensibles (ventas accionariales, plan estratégico, dividendo...) se tomen con el respaldo de dos tercios de los consejeros.
Los cambios en el consejo acarrean la creación de dos vicepresidencias no ejecutivas, una de ellas a designación de Repsol y la otra porpuesta por el nuevo accionista. Caixabank seguirá teniendo la potestad del nombramiento del presidente de la compañía.