Repsol cerró 2016 con un beneficio neto de 1.736 millones de euros, frente a las pérdidas de casi 1.400 millones registradas en el ejercicio anterior, condicionado por la fuerte caída de los precios del petróleo. Descontando el capítulo de las reservas, el denominado resultado neto ajustado también mejoró en relación al de 2015, con un beneficio de 1.922 millones, un 3,8% más.
La compañía que preside Antonio Brufau logró además reducir de forma significativa su deuda neta hasta 8.144 millones, un 32% menos que la que registraba al cierre de 2015, sobre todo gracias a la venta de un 10% de Gas Natural Fenosa que se materializó a lo largo del mes de septiembre. Mientras, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se elevó un 18,3%, hasta 5.226 millones de euros.
La petrolera ha vuelto a ganar dinero en su actividad de producción y exploración, con un resultado neto ajustado de 52 millones frente a las pérdidas de 925 millones que obtuvo en 2015, gracias a la combinación de la reducción de costes y el incremento de los volúmenes. La producción media fue un 23% más elevada debido a los activos adquiridos en Venezuela, Brasil y Perú.
En cambio, en el área de refino los beneficios descendieron un 12% debido al recorte de los márgenes.