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Rodrigo Rato, el quinto peor directivo del mundo en 2012

Los cinco 'elegidos' de este año son Brian Dunn (Best Buy), Aubrey McClendon (Chesapeake Energy), Andrea Jung (Avon), Mark Pinkus (Zynga) y Rodrigo Rato (Bankia).

Al acercarse el final del año son típicas las listas de todo tipo en publicaciones de todo tipo. Una de ellas, es la que reúne a los peores directivos del año, en la que este año se ha colado un español: Rodrigo Rato. Según Bloomberg Businessweek, el expresidente de Bankia se encuentra entre los elegidos, concretamente en el quinto puesto.

En la parte alta de la tabla encontramos a Brian Dunn, de la cadena de tiendas de electrodomésticos y electrónica Best Buy. Le siguen Aubrey McClendon, de Chesapeake Energy; Andrea Jung, de la empresa de cosméticos Avon; Mark Pinkus, de la tecnológica Zynga, y, por último, Rodrigo Rato, que dimitió en julio como máximo responsable de Bankia.

Esta lista, que ha redactado durante tres años el experto Sydney Finkesltein, profesor en la escuela de negocios de Darmouth, destaca entre los 'logros' del exministro español encontrarse bajo investigación por diversos motivos. Entre ellos, fraude, el "espectacular desplome" en bolsa de Bankia o el rescate de la entidad por parte del Gobierno español.

También destaca el 'maquillaje' de las cuentas de la entidad. Recordemos que, en un primer momento, Bankia anunció que había cerrado 2011 con un beneficio de 309 millones de euros. Tras pasar por una auditoría, las cuentas arrojaban un resultado muy distinto: 3.000 millones de euros en pérdidas. Por todas estas razones, Finkelstein ve motivos suficientes para incluir a Rato en su lista, aunque sea en el último puesto.

Menciones especiales

Por último, y fuera de la lista, Finklestein nombra a dos jóvenes CEO que durante el año que acaba han mostrado méritos suficientes para merecer una mención, aunque no para entrar en la lista. Se trata de Mark Zuckerberg y Andrew Mason, de Facebook y Groupon, respectivamente.

Según el experto, lo que pierde a estos dos directivos es su enorme ego, su inmadurez y su incapacidad para llevar sus respectivas empresas en la dirección correcta. "No hay razón para creer que tienen las habilidades directivas para dirigir una gran empresa", sentencia.

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