¿Qué es una tormenta perfecta? Lo que ahora están viviendo tres de las mayores constructoras españolas, Sacyr, FCC, y OHL, que reúnen en su capital a algunos de los apellidos de mayor lustre de la empresa española. Las tres viven una delicada situación acuciadas por presuntos casos de corrupción o demandas multimillonarias, con el valor de la acción desplomado, menor negocio, elevada deuda. En un contexto internacional marcado por la caída del precio del petróleo y la ralentización de la economía china. En un mercado nacional en el que la obra pública no despega y en el que la inestabilidad política no ayuda. Y con la banca española poco motivada ya a seguir inyectando capital en el sector y con fondos internacionales de inversión acechando en el accionariado.
FCC lleva tres sesiones sufriendo un duro castigo en Bolsa. El viernes se dejó un 5,15%, el lunes otro 6,87%, y el martes perdió un 4% cerrando a 6,2 euros por acción. En los últimos dos meses han llevado a cabo agresivas operaciones de derivados sobre la acción de la empresa española el fondo TBC Master, con residencia en paraíso fiscal, y Goldman Sachs.
La compañía presidida por Esther Alcocer Koplowitz, con el magnate mexicano Carlos Slim como primer accionista, con el 27,2%, se ha visto salpicada por el presunto fraude en los contratos de la empresa pública Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), con alguno de sus directivos entre los detenidos por la Guardia Civil.
En junio de 2011, cuando el 15M levantaba la acampada de Sol, el valor en Bolsa de las tres empresas y sus resultados eran mucho mejores que ahora
Sacyr se dejó el martes en Bolsa un 1,47% cerrando a 1,4 euros por acción tras perder el lunes un 6,18%. La caída del precio del petróleo está afectando a la cotización de la constructora por su participación del 9% en Repsol.
El segundo mayor accionista de Sacyr es Disa Corporación Financiera, de la familia Carceller; Demetrio Carceller, consejero y vicepresidente de la compañía, presidente de Grupo Damm, afronta solicitud de 14 años de prisión por un presunto caso de evasión fiscal.
El consorcio, liderado por Sacyr, que construye el nuevo Canal de Panamá presentó a finales de 2015 sobrecostes en la obra por valor de 3.220 millones de euros, mientras que el grupo en el que participa la empresa española ha sido denunciado en el país por supuesto fraude contractual por las reclamaciones presentadas.
OHL perdió el viernes en Bolsa un 8,36% de su valor y el martes cayó otro 1,54% cerrando a 4,21 euros por acción. El valor en el mercado de la compañía presidida por Juan Miguel Villar Mir no estaba tan barato desde octubre de 2003.
El grupo está siendo fuertemente castigado en Bolsa desde que el pasado mes de mayo comenzara el escándalo por la publicación en internet de supuestas grabaciones que implican a directivos de su filial en México en presuntos casos de corrupción.
La multinacional española llevó a cabo a finales de 2015 una ampliación de capital de 1.000 millones de euros. La compañía ha vendido acciones en Colonial, Abertis y se ha desprendido de Torre Espacio para reducir deuda. El fondo luxemburgués Tyrus Capital alcanzó el pasado mes de noviembre el 8,3% de OHL; Societe Generale amplió su participación en la constructora ese mismo mes hasta el 5,5%; este mes el fondo estadounidense Invesco ha superado el 6%.
Sin recuperación
OHL, Sacyr, y FCC han visto caer sus cifras de negocio, resultados, y valor en Bolsa desde mediados de 2011. La incipiente mejora de la economía española no se ha dejado sentir en las cuentas de las empresas; su situación era en plena crisis política y económica española mejor que ahora.
En junio de 2011, cuando se levantaba en la plaza de Sol, en Madrid, la acampada del 15M, con la prima de riesgo disparada, un mes antes de que el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero anunciara el adelanto de las elecciones generales para noviembre de ese año, el valor en Bolsa de los títulos de las tres constructoras multiplicaba por tres o por seis el valor actual.
Al término del primer semestre de 2011 una acción de OHL se intercambiaba por unos 24 euros (el martes cerró a 4,2 euros); Sacyr cotizaba a 6,5 euros por acción (1,4 euros en la actualidad); y una acción de FCC tenía un valor en Bolsa de más de 20 euros (6,2 euros fue el valor al que cerró el martes).
OHL terminó el primer semestre de 2011 con ingresos de 2.314 millones de euros y un resultado de 78,9 millones; en los primeros seis meses de 2015 la compañía ingresó 1.975,6 millones y ganó 52,4 millones. Sacyr facturó 2.093 millones de euros entre enero y junio de 2011 y ganó 104 millones; en el primer semestre de 2015 registró ventas por 1.338,6 millones y ganó 61,7 millones. FCC ingresó 5.480,6 millones en los primeros seis meses de 2011 y logró un beneficio de 100,9 millones; en el primer semestre de 2015 facturó 3.161,7 millones perdiendo 11,9 millones.
A través de ampliaciones de capital y venta de activos las empresas han logrado reducir en este periodo su endeudamiento, aunque este sigue siendo elevado. Al término del primer semestre de este año FCC mantiene una deuda de 5.809 millones (8.313 millones en junio de 2011); la deuda financiera de Sacyr era en junio de 5.900 millones (11.194 millones en junio de 2011); OHL terminó el primer semestre de este año con 5.693 millones de deuda, algo superior a la que tenía en junio de 2011.