El retraso acumulado en los trabajos de ampliación del Canal de Panamá ha convertido en una quimera la posibilidad de entregar la obra a tiempo, en octubre de 2014, como indica el cronograma original. Sin embargo, el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por Sacyr, considera que aún podría finalizar la construcción a tiempo, e incluso antes, lo que le haría embolsarse hasta 50 millones de dólares de recompensa.
La clave no está en ir más deprisa con los trabajos, que ya es prácticamente imposible, sino la evolución de la reclamación realizada en su día por GUPC ante la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) por determinados sobrecostes de la obra y, especialmente, por el hecho de que el retraso de aproximadamente seis meses que acumula ésta se debe a la demora en la aprobación de la mezcla adecuada de cemento para construir el nuevo juego de esclusas del Canal.
La reclamación de GUPC, por un total de 573 millones de dólares, fue rechazada en un primero momento por la ACP por lo que en la actualidad es un organismo de arbitraje (DAB) el que se está encargando de resolver los litigios.
Pues bien, el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, señaló ayer que una posible respuesta a favor del consorcio podría provocar una modificación en el cronograma original contemplado en el pliego de condiciones, lo que podría hacer buena la fecha en que la ampliación del Canal sería entregada, a comienzos de la primavera de 2015.
Resolución a final de año
Es más, incluso el grupo de construcción, servicios y concesiones español no descarta todavía poder hacerse con la recompensa de hasta 50 millones de dólares contemplada por entregar la obra antes de tiempo. “Si las condiciones originales han cambiado a lo largo de la obra, obtendríamos días adicionales para llevarla a cabo”, indicó Manrique, con lo que el retraso acumulado podría ser compensado en su totalidad.
En realidad, la reclamación de GUPC se compone de multitud de litigios, la mayoría de pequeña cuantía, que ya se están resolviendo ante el DAB. En total, suman la citada cantidad de 573 millones de dólares ya que los principales, relacionados con el retraso a la hora de aprobar la mezcla adecuada de cemento, son los más cuantiosos.
Según ha podido saber Vozpópuli, incluso algunas de las más pequeñas reclamaciones ya se han resuelto y en la mayoría de los casos a favor del consorcio.
Manrique estima que antes de final de año podría conocerse la decisión definitiva del DAB. Mientras, el consorcio trabaja a marchas forzadas para tratar de concluir la obra lo antes posible. En la actualidad se están vaciando 200.000 metros cúbicos de cemento al mes, lo que equivale a dos de los rascacielos como el que posee Sacyr en el madrileño complejo Cuatro Torres, en los antiguos terrenos de la Ciudad Deportiva.