Los tiempos convulsos vividos en Siemens Gamesa durante los últimos meses han dado paso a un exigente plan estratégico que debe satisfacer a todos los accionistas de la compañía pero, en especial, a Iberdrola, cuyas críticas hacia la gestión de la empresa de la que posee algo más de un 8% hace tiempo que trascienden del ámbito privado. Las principales líneas maestras del plan de Siemens Gamesa es lograr ahorros de costes de 2.000 millones de euros hasta 2020 y retomar la senda de los beneficios desde este mismo año fiscal, que se cerrará el próximo mes de septiembre.
Con motivo de la presentación del plan a los inversores, el consejero delegado de la empresa, Markus Tacke, explicó a los medios de comunicación las líneas fundamentales de la nueva estrategia de Siemens Gamesa, junto al director financiero, Miguel Ángel López, y al director general de Estrategia e Integración, David Mesonero.
Parte del ahorro de coste contemplado en el plan saldrá de las sinergias previstas con la integración, que han sido revisadas al alza hasta alcanzar los 400 millones de euros. El resto vendrá del recorte de costes de servicios a terceros, el incremento de producción en mercados más eficientes y también de la reducción de plantilla, un programa que afectará a 6.000 trabajadores en todo el mundo, como recordó Tacke.
Otro de los objetivos del plan consiste en lograr un margen sobre el beneficio neto de explotación de entre el 8% y el 10%, para volver a la senda de la rentabilidad incluso a partir de este mismo año fiscal, aunque el primer trimestre (cerrado en diciembre) arrojó pérdidas de 35 millones de euros. "La compañía tendrá beneficio desde 2018", aseguró el director financiero, que además puntualizó que la situación de la cartera de pedidos hace que las previsiones de ventas para el ejercicio fiscal en curso (entre 9.000 y 9.600 millones de euros) estén prácticamente aseguradas.
Distensión
Por negocios, Siemens Gamesa prevé seguir creciendo en el negocio eólico terrestre, incrementando su cuota de mercado con nuevos productos, mientras que en el marino el objetivo será mantener su liderazgo en Europa, donde su cuota es ya del 70 %.
No obstante, será en servicios de operación y mantenimiento de parques eólicos donde habrá un mayor crecimiento, con un incremento de la flota bajo mantenimiento del 40%, hasta llegar a 80 gigavatios en 2020.
Las inversiones crecerán por debajo de un 5% sobre las ventas hasta 2020 y en su mayoría se destinarán a tecnología, mientras que el dividendo se mantendrá en un 25% del resultado neto durante el periodo de vigencia del plan estratégico.
La ejecución del plan debe servir para calmar los ánimos en el seno de la compañía, alterados por los últimos resultados y las quejas públicas de Iberdrola, que dio la voz de alarma con el desplome en la cotización de Siemens Gamesa y el correspondiente deterioro de su participación hasta situarse por debajo del valor en libros. De momento, en lo que va de año los títulos del fabricante eólico han recuperado un 12%, alentados por destacados contratos firmados en las últimas fechas.
Fuentes próximas a la compañía aseguran que el plan de Siemens Gamesa cuenta con el visto bueno y el total respaldo de Iberdrola. Por el momento, los números sobre el papel han devuelto la calma.