Otro paso más de Telefónica en su carrera por optimizar sus activos y reducir su abultada deuda de 57.000 millones, bajo la presión de las agencias de rating. El pasado fin de semana anunciaba el acuerdo de venta de casi la mitad de su paquete en la gigantesca operadora China Unicom (posee 1,35% de Telefónica) y acaba de confirmar este miércoles una alianza estratégica en México, país donde Telefónica tiene un peso relevante (22% de cuota, segundo operador), pero está sufriendo retrocesos en ventas (6,4% en el primer trimestre) y pérdidas de clientes.
El acuerdo es una alianza estratégica entre Telefónica México y uno de sus competidores más pequeños, Lusacell, con el fin de compartir redes, muy en línea con el reciente acuerdo al que llegó con Vodafone en Reino Unido. Este acuerdo generará ingresos adicionales y sinergias en gastos de red e inversión, aunque la compañía no ha desvelado ninguna cifra.
Además, la alianza contribuirá a reforzar significativamente la cobertura y capacidad de los servicios que ofrecen ambas compañías, y reducir la brecha digital del mercado mexicano entre zonas rurales y urbanas.
Esta alianza incluye un acuerdo recíproco de roaming nacional, tanto en servicios de voz como de datos, lo que supone una mejora inmediata en la capilaridad de la red de ambas compañías. Al mismo tiempo, ambas compañías han acordado compartir emplazamientos y analizar el despliegue de nuevas infraestructuras de última generación de manera conjunta, si bien tanto Movistar como Iusacell seguirán gestionando de manera independiente su espectro y la provisión de servicios en competencia.
La alianza garantiza que el despliegue de capacidad necesario para ofrecer los próximos servicios de Movistar y Iusacell se realice de la forma más rápida y eficiente, con la mayor cobertura geográfica posible.