El conglomerado industrial brasileño Votorantim, uno de los más grandes de Latinoamérica, estudia cerrar dos de las cuatro plantas cementeras con las que se hizo al aterrizar en España. En concreto, la empresa se plantea esta medida con los centros de Oural (Lugo) y Córdoba.
Votorantim llegó a España poco antes del pasado verano para hacerse cargo de la actividad de la cementera Cosmos. Este desembarco se debe al acuerdo de intercambio de activos realizado con la multinacional Camargo Correa, después de realizar esta una OPA sobre la empresa lusa Cimpor, donde se acordó que Votorantim cedía el 21% de sus acciones sobre el capital del grupo portugués y Camargo Correa entregaba a su vez a Votorantim unidades industriales de cemento y hormigón de la empresa lusa situadas en China, España, India, Marruecos, Túnez, Turquía y Perú.
De esta manera, los nuevos propietarios de Cosmos se convertían así en los dueños de cuatro plantas de cemento: Toral de los Vados (León), Oural (Lugo), Niebla (Huelva) y en Córdoba, así como de otras instalaciones de árido y hormigón.
El pasado 26 de diciembre, la dirección de Cosmos informó a los trabajadores de la fábrica de Oural que tenía previsto despedir a 60 de sus trabajadores, a través de un expediente de regulación de empleo, justificando “la imposibilidad de que la planta mantuviera su ritmo de producción”, ya que los planes de la empresa pasan por “formar un equipo conjunto de trabajadores para atender las necesidades de las fábricas de Toral de los Vados (Léon), y de Oural”.
La dirección subrayó también que “esa situación se mantendría hasta que el mercado superase la atonía y se pudiera recuperar el ritmo de producción en ambas plantas”.
La crisis del sector
A pesar de estas buenas intenciones, fuentes del sector señalan que todo parece indicar que Votorantim quiere cerrar su planta de Galicia, ya que no es restable, aunque cuenta con la Autorización Ambiental Integrada para valorizar, y mantener la de León como fábrica estratégica para toda la zona norte de la península. No obstante, el futuro de ésta tampoco está del todo claro, ya que la tramitación de los nuevos permisos para valorizar otros residuos alternativos se está retrasando.
El caso de la fábrica de Córdoba tampoco sorprende a la industria, ya que en 2007, Cimpor acordó renunciar a valorizar a pesar de contar con el permiso, condenando así la rentabilidad de la planta. Actualmente, la planta está paralizada y aunque la empresa dice seguir con el proyecto de valorización, con la constitución de una mesa de trabajo, presidida por el Ayuntamiento de Córdoba, en la que participan los distintos grupos políticos, los sindicatos y las asociaciones vecinales y ecologistas en contra, defendiendo la valorización energética, la verdad es que el Grupo Votorantim no tiene intención de continuar con la planta porque tampoco es rentable.
En la actualidad, de las 35 fábricas que hay en España, 28 disponen de autorización para utilizar residuos. La tasa de sustitución en España es del 22%, mientras en los países más desarrollados medioambientalmente, supera el 50%.
En conferencias internas del sector, responsables de Votorantim han sido los abanderados en señalar que la única manera de ganar dinero en esta industria es con la utilización de residuos peligrosos como materiales contaminantes, disolventes, pinturas, residuos hospitalarios, etc, práctica que se realiza en algunas de sus plantas en el mundo.