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El Estado y la Comunidad de Madrid se quedan 'pillados' en la propietaria de Pocoyó

Zinkia recibió avales de la entidad pública Avalmadrid y entre sus acreedores están Bankia e Industria. A siete días del preconcurso, Cultura le otorgó más ayudas.

  • José María Castillejo, presidente de Zinkia.

Al presidente y máximo accionista de Zinkia, José María Castillejo, no le gustan demasiado los impuestos porque dice que equivalen a "putear" a los ricos, pero no ha dudado en recurrir a la ayuda de papá Estado cuando ha podido para tratar de sacar adelante su proyecto empresarial, que corre serio peligro tras la solicitud de preconcurso de acreedores presentada el pasado jueves.

Y el Estado ha respondido a la llamada de Castillejo, que en julio pasado lamentaba que el mercado está "seco" y "no hay financiación para nadie". El Ministerio de Industria, la Comunidad de Madrid y Bankia figuran entre las entidades públicas que han comprometido fondos para la propietaria de los derechos de Pocoyó, la popular mascota tridimensional que ha encandilado a millones de niños bajo el lema de “aprender riendo”.

Así, Bankia (intervenida por el Estado hace ya año y medio) es uno de los principales acreedores de Zinkia, cuyo accionista mayoritario, Jomaca 98, tiene pignorado el 35,8% de la compañía en garantía de dos préstamos que concedieron a la sociedad la propia Bankia y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM, también intervenida y actualmente integrada en Sabadell) por un importe total de 16,6 millones de euros y vencimiento, respectivamente, en septiembre de 2016 y junio de 2015.

Ese no es el único pufo de la cosa pública con Zinkia, que también tiene cuentas pendientes con el Ministerio de Industria. Según ha explicado la propia empresa a la Comisión Nacional Del Mercado de Valores (CNMV), el departamento que encabeza José Manuel Soria le concedió a finales del año pasado un préstamo de 2,1 millones de euros con cargo al Plan Avanza 2012, a un tipo de interés bonificado del 3,95%, vencimiento a siete años y un periodo de carencia del principal de tres años.

Además, a 30 de junio Zinkia también tenía concedidos dos avales de Avalmadrid, sociedad de garantía recíproca adscrita a la Comunidad de Madrid, "por importe de 200.000 y 2.000.000 de euros, ambos para garantizar las operaciones de préstamo con una entidad financiera por los mismos importes", según explicaba la empresa en sus últimos resultados semestrales. La Comunidad de Madrid es uno de los cuatro socios protectores de Avalmadrid y su mayor accionista y presidente, seguido de Bankia, la Cámara de Comercio y la patronal madrileña CEIM.

Por fin, la compañía, que desde mayo de 2010 hasta hace menos de un mes tuvo en su consejo de administración al exconsejero madrileño de Sanidad Juan José Güemes (que dimitió por "razones personales"), también obtuvo el año pasado el aplazamiento de pago de 433.465 euros que debía a la Seguridad Social y de otros 298.034 euros de deuda tributaria.

Y con todo, la empresa, una pyme que pese a su gran proyección apenas ganó el año pasado 1 millón de euros (aunque sus ventas crecieron más de un 80%, hasta 14,2 millones), ha seguido recibiendo ayudas públicas hasta una semana antes de declararse en preconcurso.

El pasado 24 de octubre, una semana antes de que Zinkia anunciara su solicitud (que se veía venir desde hacía meses), otro ministerio, el de Cultura, le otorgó una subvención en concepto de "ayudas a la inversión en capital para incrementar la oferta legal de contenidos digitales en Internet y para promover la modernización de las industrias culturales y creativas" por importe de 35.750 euros

No es la primera vez que la recibe. En 2010, el Ministerio ya concedió a la empresa otras cuatro subvenciones por el mismo concepto y un importe conjunto de 96.469 euros, lo que eleva los fondos percibidos por Zinkia de Cultura a algo más de 132.000 euros.

La empresa, que se ha acogido al preconcurso para sentarse a negociar con sus acreedores la refinanciación de su pasivo, tenía a cierre del primer semestre una deuda financiera neta de algo más de 10,5 millones, y fió su futuro a una fallida emisión de bonos que ha fracasado estrepitosamente tras una dura e inusual advertencia la CNMV.

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