Pese a lo que proclama la propaganda oficial, el crédito no termina de llegar a las pymes españolas. Tampoco a las más conocidas e internacionalizadas, como Zinkia, propietaria de los derechos de Pocoyó, la popular mascota tridimensional que ha encandilado a millones de niños bajo el lema de “aprender riendo”.
La empresa madrileña ha reconocido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que “no cuenta a corto plazo con liquidez suficiente para atender sus deudas” y que, de agravarse la situación, irá a concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos).
“Actualmente el Grupo Zinkia está desarrollando su actividad normal de negocio, pero no cuenta a corto plazo con la liquidez suficiente para atender el pago de sus deudas corrientes. Teniendo en cuenta las restricciones actuales de acceso al crédito bancario, hasta que Zinkia no estabilice su situación financiera los recursos de capital disponibles son casi exclusivamente los originados por sus actividades de negocio”, dice la empresa, que añade que “si toda esta situación persistiese y, en su caso, se agravase, se podría producir en última instancia la insolvencia y declaración de concurso”.
La advertencia está recogida en el folleto relativo a una emisión de bonos dirigida a inversores institucionales por un importe de 15 millones de euros (ampliable a 20 millones), segunda de la historia de Zinkia, que la empresa ha registrado ante la CNMV.
José María Castillejo, su máximo accionista (51%), presidente y consejero delegado, confía en que la hipótesis del concurso se quede en eso, el peor de los escenarios posibles. Cree que esta operación es una "ventana de oportunidad" para obtener liquidez y considera que su caso puede ser una “llamada de atención” para “poner encima de la mesa una realidad gravísima” en España, la de la falta de financiación para las pequeñas y medianas empresas. “El mercado lleva cuatro años seco”, dice.
“No hay financiación para nadie; aquí está el ejemplo”, lamenta el directivo. En conversación telefónica, reconoce que si la emisión no prospera, la empresa puede tener “problemas”. Y pide una mayor implicación para lograr que el crédito fluya. “A los bancos y a las grandes empresas ya les hemos solucionado el problema; ayudemos a las pymes”, dice Castillejo, que la semana pasada lamentaba en su blog que una empresa pública, Adif, tenga que irse a Irlanda para emitir bonos, atraída por costes de financiación más bajos y menores cargas burocráticas.
Zinkia, primera empresa en salir a cotizar, hace cuatro años, al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y que en abril de 2010 fichó al exconsejero madrileño de Sanidad Juan José Güemes, recibió el año pasado algo de oxígeno por parte de las administraciones públicas. El grupo pudo incrementar su tesorería gracias a la obtención, a finales de 2012, de una ayuda de 2.421.347 euros del Plan Avanza, que gestiona el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. También obtuvo el aplazamiento de 433.465 euros que debe a la Seguridad Social y de otros 298.034 euros de deuda tributaria.
El año pasado, su beneficio y sus ventas se dispararon y su deuda consolidada creció un 26%
Fundada en abril de 2000, Zinkia logró aumentar el año pasado un 83% su facturación, hasta 14,2 millones, gracias a su expansión internacional. Estados Unidos aportó el 60% de sus ventas y España, sólo un 4%. Su beneficio fue de 1 millón de euros (frente a 54.447 euros en 2011), aunque su deuda financiera neta consolidada alcanzó los 8,48 millones, un 26% más.
Su primer ejecutivo dice que en la empresa no se sienten “presionados” por la deuda, que, recuerda, equivale a 1,88 veces su beneficio bruto (Ebitda). E insiste en que el suyo es un problema de liquidez.
La empresa, presente en más de 40 países y con una plantilla de unos 52 empleados, cerró 2012 con un fondo de maniobra negativo (pasivo superior al activo) de 527.628 euros “provocado, fundamentalmente, por el vencimiento de la deuda financiera y las inversiones realizadas”, según sus cuentas.
A 31 de diciembre, Zinkia tenía sendos importes vencidos y no pagados con dos entidades financieras: 70.300 euros que regularizó en febrero pasado y otros 375.180 que logró refinanciar en marzo pasado, con un tipo de interés del 5,7%.
Entre sus principales acreedores están dos entidades financieras intervenidas por el Estado, Bankia y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), con las que el accionista mayoritario, Jomaca 98, tiene pignorado el 35,8% de Zinkia en garantía de dos préstamos por un importe total de 16,6 millones.
La anterior emisión de bonos de la propietaria de Pocoyó se lanzó a finales de 2010, con un tipo de interés del 9,75% y vencimiento el próximo mes de noviembre. Entonces, la empresa pretendía captar 11 millones de euros, aunque sólo logró colocar un 20% de lo previsto.