Bruselas ha anunciado este miércoles sus propuestas oficiales para la emergencia del sector energético. Las dos preocupaciones de España sobre este nuevo paquete de propuestas residía en el impacto al famoso tope al gas que está vigente en España desde el pasado 15 de junio y la posición de la Comisión Europea sobre el 'impuestazo' a las empresas energéticas. Bruselas respeta la primera y matiza la segunda.
"La Comisión propone una contribución solidaria temporal sobre los beneficios extraordinarios generados por actividades en los sectores del petróleo, el gas, el carbón y la refinería que no están cubiertos por el tope máximo de los ingresos inframarginales", explican desde Bruselas.
"Esta contribución temporal mantendría los incentivos a la inversión para la transición ecológica. Sería recaudada por los estados miembros sobre los beneficios de 2022, que superan en más de un 20% los beneficios medios de los tres años anteriores. Los Estados miembros recaudarían los ingresos y los reorientarían a los consumidores de energía, en particular los hogares vulnerables, las empresas gravemente afectadas y las industrias con gran consumo de energía", han anunciado el comisario Frans Timmermans y la comisaria Kadri Simson.
El otro frente clave es saber si la Comisión Europea iba a respetar la excepción ibérica, la medida que permite a España y Europa topar el precio del gas con el que se produce electricidad, tras impulsar un paquete de medidas que podía chocar con esta medida. La respuesta de la comisaria Simson ha sido un "sí" rotundo. "España y Portugal continuarán con su excepción ibérica porque los dos países no tienen una buena interconexión con el resto de Europa y mantienen una buena disposición de gas para afrontar el invierno. Esta medida no es posible de aplicar en el resto de los países miembros", ha explicado en el turno de preguntas a los periodistas ibéricos.
Las dudas surgían por los planes que ha presentado el propio Timmermans. Bruselas propone fijar el tope máximo de los ingresos inframarginales en 180 euros megavatio/hora. Una iniciativa que permitirá a los productores, según la Comisión, cubrir sus costes de inversión y funcionamiento sin perjudicar la inversión en nuevas capacidades, en consonancia con nuestros objetivos energéticos y climáticos para 2030 y 2050. Los ingresos por encima del tope serán recaudados por los gobiernos de los Estados miembros y utilizados para ayudar a los consumidores de energía a reducir sus facturas.
"Se anima a los Estados miembros que comercian con electricidad, en un espíritu de solidaridad, a celebrar acuerdos bilaterales para compartir parte de los ingresos inframarginales recaudados por el Estado productor en beneficio de los usuarios finales del Estado miembro con una baja producción de electricidad. Estos acuerdos se celebrarán a más tardar el 1 de diciembre de 2022 cuando las importaciones netas de electricidad de un estado miembro desde un país vecino sean al menos del 100%", explican los comisarios.
Bruselas quiere ahorro
El otro frente abierto por Bruselas es reducir la demanda. "Esto puede repercutir en los precios de la electricidad y lograr un efecto tranquilizador global en el mercado", arrancaba su presentación. La Comisión Europea quiere ejecutar este plan centrándose en las horas más caras de consumo de electricidad, cuando la generación de electricidad a partir de gas tiene un impacto significativo en el precio.
Bruselas ofrece una obligación para los países que reduzca el consumo de electricidad en al menos un 5% durante las horas de precio máximo seleccionadas. Se solicitará a los Estados miembros que identifiquen el 10% de las horas con el precio más alto previsto y reduzcan la demanda durante esas horas de precio máximo. La Comisión también propone que los Estados miembros se fijen como objetivo reducir la demanda global de electricidad en al menos un 10 % hasta el 31 de marzo de 2023.
Pueden elegir las medidas adecuadas para lograr esta reducción de la demanda, que podrían incluir compensaciones económicas. Reduciendo la demanda en las horas de precio máximo se lograría una reducción del consumo de gas de 1,2 millones de metros cúbicos durante el invierno.