Es uno de los sectores con mayor peso en la economía española, y pasa por un momento delicado industrialmente hablando en medio de un proceso de transformación con una rapidez nunca vivida hasta la fecha, que está afectando no sólo a la industria, sino a los concesionarios y a los propios clientes, indecisos a la hora de elegir las muchas alternativas en la compra.
P: ¿Cómo valora la situación del mercado español este 2023 y qué cifras de matriculaciones contempla a cierre del ejercicio? ¿Y previsiones para 2024?
R: Pensábamos que iba a evolucionar algo mejor de lo que estamos viendo y calculamos unos 940.000 turismos a final de ejercicio, aunque es cierto que seguimos estando lejos del objetivo de equipararnos a datos previos al covid. Pero para 2024 creemos que por fin alcanzaremos la ansiada cifra del millón de nuevas matriculaciones. Todo el esfuerzo de Anfac está puesto en ese objetivo.
P: El mercado de eléctricos se queda en principio lejos de lo previsto a principios de año, ¿Qué cree que ha dificultado más su desarrollo?
R: La verdad es que el mercado de eléctricos se queda por debajo de lo previsto todos los años. El problema es precisamente ese, qué es lo que está previsto. El mercado eléctrico está evolucionando bien porque está creciendo año tras año. El problema surge cuando comparas esa evolución del mercado con la evolución que regulatoriamente se le impone al mercado español por parte de la Comisión Europea con el apoyo del Gobierno español, los famosos objetivos de llegar al 100% de nuevas ventas eléctricas en 2035. Cuando comparas la tendencia que llevamos con la que debiéramos llevar para cumplir esos objetivos es cuando observas que el mercado a pesar de estar creciendo no va al ritmo que debiera tener. El conjunto de agentes que tiene que facilitar que ese cambio al eléctrico se dé no somos capaces de que esas herramientas estén en marcha, no están bien diseñadas y faltan algunas que impiden acelerar el ritmo. Estamos muy retrasados respecto al resto de Europa, nos sacan muchísima ventaja.
P: ¿La prórroga del Moves III hasta julio puede ser un revulsivo de cara al año que viene? ¿O es necesario diseñar un plan de ayudas más incisivo y directo que de verdad ayude a la compra de los modelos más accesibles?
R: La fórmula del Moves III la hemos valorado positivamente, pero no creemos que la prórroga vaya a ser un revulsivo. Lo que sí hubiera sido un desastre es que no se hubiera prorrogado, porque materialmente no hay tiempo para cambiar el modelo y mejorar los sistemas de ayuda a la demanda. Pensar que el 31 de diciembre iban a terminar era un escenario desastroso. Renovarlos da sin duda tranquilidad al mercado.
P: ¿Está teniendo la repercusión esperada en el mercado de eléctricos la deducción de 15% en el IRPF?
R: El impacto mayor, y es lo que nos gustará trabajar a futuro, es que las ayudas se cobren en el momento de la compra. Es lo que puede resolver el problema doble que tenemos, el de los retrasos, por un lado, y el de haber organizado un sistema poco eficaz en la gestión. La deducción ha ayudado a acercarnos a esa inmediatez, está teniendo un impacto que se ve más rápido. Pero aun así, la solución es a través del sistema fiscal, diseñando un modelo de fiscalidad de la automoción en el cual se integren los fondos de ayuda a la demanda, de modo que el incentivo sea mucho más inmediato.
P: ¿Cómo ve en general la industria del automóvil en España en la transición al eléctrico?
R: La industria del automóvil en España está en una encrucijada, está en un momento en el que se están repartiendo las inversiones del futuro, inversiones que se están repartiendo entre China, Estados Unidos y Europa, y tanto China como Estados Unidos van por delante de Europa porque han apostado más por la política industrial y por los incentivos a la industria, mientras que Europa en el sector de la automoción ha apostado solamente por las penalizaciones. Y sólo ahora estamos empezando a ver a Europa reaccionar, corregir los errores del pasado respecto a la política industrial en este sector. Teníamos el sector de automoción más potente, más innovador y más fuerte, pero paradójicamente se ha quedado atrás. Y España, a su vez, tiene que recuperar terreno, no sólo contra Estados Unidos y China, sino también con sus socios comunitarios.
P: ¿Cómo afecta la normativa europea de reducción de emisiones al sector del transporte y los vehículos pesados?
R: Es el gran olvidado en la transición y en la transformación del sector. Ha habido mucho foco en Euro 7 en los turismos, y ahora mismo se está discutiendo el reglamento de CO2 para camiones en la UE, y lo que estamos viendo es que se está aumentando notablemente el grado de ambición también para el vehículo pesado. Nosotros no objetamos en ritmo, pero sí que decimos que el proceso no es fácil, no es ningún caso, pero parar poder cumplir estos ritmos es necesario tener nuevas herramientas. No cambias un mercado simplemente diciendo que te gustaría que cambiase ni tampoco sobre la base de las penalizaciones y las multas. Lo que hay que hacer es ayudar, y más en este sector que son herramientas de trabajo y tienes que ofrecer un servicio competitivo con otras empresas españolas y de fuera de España. Nuestra hoja de ruta insiste en llamar la atención sobre el vehículo pesado, es muy importante para la economía española que ese transporte se siga haciendo de una manera eficaz y a bajo coste. No todo es electrificación, hay distintas tecnologías y hay que poner herramientas que hagan fácil al empresario dar el salto a la tecnología.
P: Con el nuevo Gobierno ya en marcha y los muchos compromisos pactados a los que deberá hacer frente a partir de ahora, ¿cree que va a ser posible que pueda desarrollar a corto plazo una política más ambiciosa de apoyo al sector del automóvil?
R: No sé lo que va a hacer el Gobierno en cuanto a su gestión, pero España necesita una política industrial más ambiciosa para el sector de la automoción y necesita cambiar el ritmo al que vamos si queremos descarbonizar y al mismo tiempo mantener y conservar nuestra industria. Por poner un ejemplo, no hay en España ni un solo centro en el Gobierno, en la Administración central, simplemente que supervise cómo va el despliegue de los puntos de recarga para poder tener una cierta planificación del territorio. Es urgente que dedique tiempo y esfuerzo en nuestro sector.
