Estanflación. Es, según la RAE, una "situación de estancamiento económico, con aumento del paro y de la inflación". La pandemia se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para que concurran los factores que determinan este fenómeno que amenaza al mundo entero y ha comenzado a darse ya en otros países: un riesgo global a considerar en España.
El ya palpable incremento de los precios y la subida del desempleo en multitud de países como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus han hecho saltar las alarmas, aunque muchos los expertos se muestran prudentes, máxime ante la inminente lluvia de los fondos europeos y el previsible crecimiento que en los próximos meses experimentará la economía.
"No creo que las presiones inflacionistas, de momento, puedan hacer descarrilar la recuperación", sostiene Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, que sí advierte de dos posibles efectos derivados de la situación actual: cree que la inflación "puede moderar algunos de los factores de recuperación y generar una serie de desigualdades entre diferentes sectores económicos y distintos grupos sociales".
Incremento en los precios de venta
En ese sentido, el director de Coyuntura de Funcas apunta a Vozpópuli que "el encarecimiento de los precios de producción" como consecuencia de la inflación se puede traducir en "un incremento de las tarifas de venta" en determinados sectores, que "de alguna manera mantendrían sus márgenes". Esto podría ocurrir en el sector de la energía, en la industria, la agricultura o el sector de los bienes de equipo.
Esa posibilidad no será planteable en todos los ámbitos. "En algunos de los sectores más castigados por la crisis, la capacidad de trasladar el encarecimiento de costes a sus precios de venta es más reducida y por tanto ahí pueden enfrentarse a una reducción de sus márgenes que afecta a la recuperación económica", advierte Torres.
La subida de precios podría tener un impacto sobre el consumo de las familias, lastradas por el estancamiento de los salarios
Incide también en el impacto que la situación actual podría tener sobre el consumo privado, porque "las familias tiene aún más dificultad que las empresas para repercutir el alza de precios sobre sus ingresos", dado que "los salarios sufren una fuerte inercia y no recogen ese incremento de los precios".
"Por tanto, resta poder adquisitivo y quita fuelle a la recuperación del consumo, aunque no lo suprime, porque una parte del rebote del consumo sencillamente se debe al efecto de demanda embalsada producido por el confinamiento", afirma Raymond Torres.
Desigualdad entre empresas
El director de Coyuntura de Funcas recalca también el posible "impacto sobre la desigualdad": "No todas las empresas en todos los estratos sociales están posicionadas por igual ante la inflación". "El encarecimiento de costes se repercute en especial sobre la factura eléctrica y otros suministros, y las personas con ingresos más reducidos son las que tienen que sufrir esa erosión en mayor proporción con respecto a su renta", destaca.
"También hay una brecha entre empresas que ya iban relativamente durante la crisis, que también se ven menos afectadas por la presión inflacionista, pero en cambio en las más endeudadas es más complicado y eso puede reducir aún más su margen de maniobra", concluye Raymond Torres, que comparte esa preocupación con otros economistas.
El crecimiento tras el rebote de la economía
El economista Daniel Lacalle, de Tressis, lleva meses incidiendo en el riesgo de estanflación "a tener en cuenta" porque "ya hay muchas economías que ya están ese proceso": "Vemos el rebote como si fuese un gran crecimiento y en realidad lo que debemos tener más en cuenta es el crecimiento después del rebote, es decir, a qué tendencia de la economía nos enfrentamos". Es por ello que Lacalle cree que no es suficiente observar el crecimiento que se producirá este año, sino que la clave reside en la etapa posterior. En ese sentido, vaticina que en 2022 y 2023 se registrarán "niveles de crecimiento muy pobres", con todo lo que ello conlleva.
Estanflación puede ser perfectamente que la economía crezca un 2% y los precios suban un 3%", advierte Daniel Lacalle
"El crecimiento de la productividad y el aumento del endeudamiento generan un efecto de freno en la economía, y si a eso se le añade que se mantengan los agresivos estímulos fiscales, monetarios, se genera un efecto triple shock", prevé Daniel Lacalle, que insiste en la necesidad de atender a estos desajustes, por mínimos que parezcan: "Estanflación puede ser perfectamente que la economía crezca un 2% y los precios suban un 3%". Lo suficiente para que el bolsillo de los consumidores pierda poder adquisitivo.