El transporte por carretera es responsable de aproximadamente una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea. Por ello, para lograr la reducción de la contaminación atmosférica es clave controlar los gases que emiten los vehículos. En ese proceso, conseguir que los valores oficiales de emisiones de CO2 de los vehículos sean lo más parecido posible a las emisiones reales es un punto esencial.
Sin embargo, un informe realizado por la Comisión Europea, el primero en su tipo, ha mostrado que el consumo real de combustible de los vehículos es hasta un 20% superior del que muestran los documentos oficiales de homologación. Un estudio en el que las entidades de ITV que integran la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) han participado.
Han sido varios los países que han entregado la información recopilada por el OBFCM (On-Board Fuel Consumption Meter) de los vehículos. En el caso de España, han sido las entidades de ITV que integran AECA-ITV las encargadas de enviar al Ministerio de Industria y Turismo y éste a la Comisión Europea los datos recopilados por las estaciones de ITV.
Y es que en mayo de 2023 se le otorgó a las ITV españolas una nueva función para la recogida de datos anonimizada a través de la lectura de los datos del puerto serie de los sistemas de diagnóstico a bordo. Una información que no está siendo usada ni tenida en cuenta de cara al resultado de la inspección, y que se elimina tras ser reportada al Ministerio de Industria y Turismo.
Seguimiento de las emisiones reales
El Reglamento (UE) 2019/631 encargó a la Comisión Europea el seguimiento de las emisiones reales de CO2 de los vehículos en circulación, utilizando los datos leídos por los dispositivos OBFCM, y comparándolos con los correspondientes datos oficiales que se aportan en la homologación del vehículo (WLTP).
Este informe es el primero sobre la aplicación de ese control de las emisiones reales de CO2 y se centra en los datos comunicados en 2022, para los vehículos matriculados por primera vez en 2021. En él se incluyen datos reales de 988.124 vehículos, lo que representa el 10,6% de los turismos y el 1,0% de las furgonetas matriculadas por primera vez en 2021 en Europa.
El informe concluye que “aunque estos primeros datos aún no son lo suficientemente amplios o representativos como para extraer conclusiones firmes, sí proporcionan una valiosa información preliminar sobre las emisiones de los automóviles, en cuanto a cómo se comparan las emisiones de CO2 oficiales de homologación y las reales entre los distintos tipos de vehículos y fabricantes”.
El informe explica que la diferencia media observada entre las emisiones de CO2 y el consumo de combustible reales y el reportado en los documentos oficiales de los vehículos nuevos matriculados en 2021 en la Unión Europea fue del 23,7% (34,6 g de CO2/km), en el caso de los vehículos de gasolina y del 18,1% (27,8 g de CO2/km), en el caso de los vehículos diésel.
Por su parte, en los vehículos híbridos enchufables matriculados en 2021, las emisiones de CO2 reales fueron, de media, 3,5 veces superiores (100 g CO2/km) a las oficiales, lo que, para la Comisión Europea, “confirma que estos coches no están aprovechando actualmente su potencial, en particular porque no se cargan y conducen de forma totalmente eléctrica con la frecuencia que se debería”, pudiendo ser motivado por la falta de una infraestructura adecuada de carga.
La entidad resalta también la “amplia diferencia” que hay en el caso de los vehículos más pesados, como los SUV y los grandes coches de lujo, cuyas emisiones ya son “significativamente mayores” que las de otros automóviles; una diferencia que “podría agravar los efectos de las tendencias observadas en el parque automovilístico, en el que el tamaño y el peso medios de los vehículos han aumentado, reduciendo los efectos de las mejoras en la eficiencia del combustible”, advierte la entidad.