En España, a cierre del primer trimestre de este año, había 24,22 millones de personas activas, de las que 21,25 millones estaban ocupados en ese momento y otros 2,977 millones estaban paradas. Además, hay cerca de 17,1 millones de personas inactivas, situación que el Instituto Nacional de Estadística define, atendiendo a los criterios de la Organización Internacional del Trabajo, como “aquellas personas de 16 o más años no clasificadas como ocupadas, paradas ni población contada aparte”, durante la semana en la que se realiza la Encuesta de Población Activa.
De acuerdo con los últimos resultados de la EPA del primer trimestre, en nuestro país hay 977.900 hogares en los que todos sus miembros en edad de trabajar están paro, y algo más de 11,5 millones de hogares en los que todos sus miembros activos están ocupados. Son 49.700 hogares más en el primero de los casos y 108.500 menos en el segundo.
Hay muchas formas de figurar en la estadística de inactivos. La más numerosa es la de estar jubilado. En esta categoría se incluyen algo menos de 4,1 millones de personas. La segunda en orden de importancia es “seguir cursos de enseñanza y formación”, con poco más de cuatro millones de inscritos. A continuación se sitúan aquellos que padecen una enfermedad o incapacidad propia (1,81 millones), los que se dedican al cuidados de niños, adultos enfermos, incapacitados y mayores (675.000), y los que tienen otro tipo de obligaciones familiares o personales (algo más de un millón).
En el desglose que hace la EPA acerca de razones de su inactividad hay cerca de 6,3 millones de personas que alegan otra serie de motivos que hacen imposible su inclusión en la clasificación natural. Pero hay un último apartado que llama poderosamente la atención: hay 141.200 personas que no buscan trabajo “porque no hay ningún empleo adecuado disponible”. Hasta el cuarto trimestre de 2020, estas personas estaban englobadas en el epígrafe “porque creen que no lo van a encontrar”. El Instituto Nacional de Estadística ha optado hace cuatro años por utilizar un lenguaje más políticamente correcto, aunque los motivos sean coincidentes.
La cifra de 2024 es la segunda mejor de los últimos doce años, por detrás de la registrada en el primer trimestre del pasado año, con 138.800 personas. Y es que cuánto peor va la economía y el número de desempleados aumenta, el desánimo se apodera de las personas que pierden su puesto de trabajo o ni siquiera lo han encontrado aún.
Las cifras estadísticas hablan por sí solas. En el año 2013, también en el primer trimestre del año para hacer la comparaciones homogéneas, el número de personas inactivas que no buscaban trabajo convencidos de que “no lo iban a encontrar” ascendió a 529.000, lo mismo que al año siguiente. Hay que recordar que en marzo de 2013 España supero los 6 millones de desempleados por primera y única vez. De acuerdo con las cifras de históricas de la EPA, a medida que la situación económica ha mejorado, el número de “desanimados” se ha ido reduciendo.En 2015 bajó del medio millón; en 2017, de 400.000; en 2020, de 300.00, y en 2022, de 200.000.
Récord de empleo
No deja de extrañar que teniendo la economía española el mayor número de ocpados de su historia, siga habiendo 141.000 personas que ni siquiera buscan un empleo en la seguridad de que no existe el adecuado a sus características, preferencias, aspiraciones o titulaciones académicas.
De las 141.200 personas que “pasan” de buscar un trabajo, el 62,4%, exactamente 88.100, son mujeres, y el resto, 53.200, hombres. Con arreglo a las edades, los varones son mayoría entre los 20 y los 35 años. A partir de esa edad, son las mujeres las que copan la estadística. El 54% de los que no quieren trabajar bajo el argumento de no existe su puesto de trabajo ideal tienen 55 y más años; el 27,12%, entre 40 y 54 años, y el 19%, entre 16 y 39 años.
Frente a quienes no buscan un puesto de trabajo convencido de que no van a encontrar el que “les corresponde”, están los que confían en encontrarlo. A finales de mayo, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, había 4,22 millones, de los que 2,607 millones estaban parados; 1,048 millones, ocupados, y el resto solicitaban circunstancias especiales. De la cifra total, 340.760 no han trabajado nunca antes.