España dio este sábado un impulso al debate sobre la posibilidad de aumentar las competencias del Banco Central Europeo (BCE), porque cree que el mecanismo de transmisión de la política monetaria "está roto" por la fragmentación de los mercados de crédito, pero el organismo del euro aseguró que no puede hacer mucho más, aunque "reflexiona" sobre posibles medidas, según informa Europa Press.
El ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, abogó, como una de las soluciones al problema, por introducir un tipo de interés único para todas las empresas en Europa con la misma calidad crediticia, porque sostiene que no puede ser que empresas españolas "muy solventes" tengan que pagar un diferencial más alto que algunas compañías de otros países.
"Está roto el mecanismo de transmisión de la política monetaria y eso requiere acciones, que, creo, el primer interesado en ponerlas en marcha es el propio BCE", señaló el ministro español, quien dijo que para acabar con la fragmentación de los mercados de capitales, tanto de la deuda pública como del crédito a las pymes, hay que avanzar en la unión bancaria.
"Con una unión bancaria que funcione bien, en la cual se avance claramente en lo que es la integración de un supervisor único a través de la recapitalización directa de los bancos y un mecanismo de resolución único, la unión monetaria funcionará mejor", señaló. Sostuvo asimismo que se trata de "un tema mucho más estructural que coyuntural", porque "ahí es donde nos jugamos el futuro de la unión monetaria" en la Eurozona.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, reclamó recientemente un giro en la política del BCE y pidió a la UE que se plantee si deben modificarse los estatutos de este organismo para que tengan la misma capacidad de actuación que otras entidades similares como la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Japón o el de Inglaterra. El objetivo sería aportar mayor liquidez al sistema, algo que el Gobierno español considera esencial.
Draghi se desentiende: el BCE "no puede hacer nada"
No obstante, el presidente del BCE, Mario Draghi, dio en respuesta a España una de cal y otra de arena. Por un lado, aseguró que no puede hacer mucho más para impulsar el flujo de crédito hacia la economía real, es decir a los hogares y a las empresas, especialmente las pymes, y dejo la pelota en el tejado de los gobiernos y los bancos nacionales. No obstante, indicó que está "reflexionando" sobre ello, pese a considerar que "la fragmentación está retrocediendo en varias partes de la Eurozona", en contra de la tesis que sostiene De Guindos.
En opinión de Draghi, existen tres razones por las que los bancos podrían no prestar a empresas: el problema de la financiación propia, que se "ha superado" en gran medida; la escasez de capital y el "miedo" de los bancos a que no se les devuelva el crédito.
"Muchos bancos están ahora devolviendo lo que prestaron de nuestras operaciones de inyección de liquidez a tres años", señaló, y de hecho, añadió, "algunas de las devoluciones más grandes provienen de España", lo que demuestra que "algunos bancos españoles (...) han superado los problemas de financiación".
En cuanto a niveles de capital, el BCE "no puede hacer nada" y ese problema debe ser más bien solucionado por "los bancos mismos, los supervisores nacionales y gobiernos nacionales", afirmó. Draghi admitió que los flujos de crédito están todavía débiles, pero ahí el BCE tampoco puede hacer mucho", porque "¿cómo soluciona los miedos de los bancos con respecto a sus clientes?", se preguntó.
El organismo "seguirá reflexionando sobre esto" y está "claramente determinado a asegurar que los fondos que están siendo inyectados en la economía no se vean frenados en términos de liquidez y encuentren su camino a la economía real, a la financiación de las pymes y hogares", afirmó. Para ello necesita la participación de otros actores, como la del Banco Europeo de Inversiones (BEI), los bancos nacionales y gobiernos, añadió.
De Guindos respondió después que corregir la fragmentación del mercado de crédito "no es tanto una cuestión de liquidez" sino de avanzar en la unión bancaria, y se mostró convencido de que el BCE ya está estudiando medidas dentro de su independencia y su responsabilidad de política monetaria" para que estos problemas se vayan corrigiendo.
Según el ministro español, la posición del Gobierno de Madrid "es compartida por muchos países", la Comisión Europea (CE) e incluso el BCE, y ha habido una reflexión hoy sobre una situación que, dijo, "es una realidad" y que "todos tenemos que intentar solucionar".
El ministro recibió el apoyo del vicepresidente económico de la CE, Olli Rehn, quien dijo que la unión bancaria "es esencial para revertir el proceso de la fragmentación financiera en Europa".