Madrid está siendo el banco de pruebas del coche compartido o carsharing en España. Esta nueva forma de movilidad urbana aterrizó hace tres años en la capital de España y cuenta con cuatro empresas que ofrecen este tipo de servicios. Una de la más 'veteranas' es emov. Este carsharing es fruto de la alianza del grupo automovilístico francés PSA (Peugeot, Citroën, DS y Opel) con la compañía española Eysa y está cerca de cumplir sus dos primeros años de vida.
"Estamos superando nuestras previsiones a estas alturas", indica a este medio Fernando Izquierdo, director general de emov. "Este año hemos aumentado nuestra flota hasta los 600 vehículos, desde los 550 anteriores, y hemos ampliado nuestra aérea de servicio", añade. Los últimos datos que ofrece la compañía es que ya más de 200.000 usuarios comparten sus vehículos en Madrid.
Aunque, como todas las jóvenes empresas del sector, todavía no logra salir de números rojos. "Es un negocio donde la inversión inicial es muy elevada y con unos ingresos que son flexibles, por lo tanto, es complicado que la rentabilidad llegue a corto plazo", valora Izquierdo. Sin datos de su segundo año, emov perdió 1,5 millones de euros en 2017 después de ingresar 5,6 millones y de afrontar gastos de explotación por 7,07 millones, según indica al Registro Mercantil.
Es un negocio donde la inversión inicial es muy elevada y con unos ingresos flexibles"
Fernando Izquierdo explica que su umbral de rentabilidad o 'break even' llegó en octubre de 2017. "Pero la llegada de nuevas compañías (Zity y Wible) y otros servicios como el motosharing han frenado estas previsiones por los cambios en la demanda", explica el ejecutivo. No obstante, matiza que existe entendimiento entre los accionistas, 51% Eysa y 49% PSA, sobre esta evolución, "el objetivo es ser rentable, por lo tanto, ahora no pensamos en que estamos perdiendo dinero sino invirtiendo", matiza.
La compañía confía en su "ritmo de crecimiento sostenible" tanto en volumen de usuarios como en el número de viajes por coche/día de los vehículos Citröen C-Zero 100 % eléctricos. Sus datos apuntan que los usuarios que habitualmente usan emov, y que no disponen de coche vehículo propio, se ha incrementado un 35% desde el inicio del año 2018. Según sus datos, los vehículos de Emov sustituyen en un 40% al coche privado como alternativa para desplazarse por la ciudad.
Ampliar su servicio
Una de estas claves para lograrlo es seguir aumentando su territorio. "Hemos tenido encuentros con AENA para que el carsharing llegue al aeropuerto", explica el director general de emov. Una de las zonas clave para las empresas de movilidad en la capital y donde mayor flujo de usuarios pueden encontrar las compañías de coches compartidos. "En Lisboa, la otra ciudad donde prestamos nuestros servicio, operamos en el aeropuerto, por lo tanto, aquí la decisión está en manos del gestor aeroportuario (AENA)", explica.
Una iniciativa que no consideran que compita con el taxi o los vehículos de alquiler con conductor (VTC). "Nosotros pertenecemos a otro segmento, pese a que nuestro negocio sea también ir de un punto A a otro B en la ciudad, en nuestro caso es un vehículo sin conductor", afirma Izquierdo. "Contamos con un enorme problema de movilidad en Madrid y todos los actores ofrecemos una solución", añade.
En Lisboa, la otra ciudad donde prestamos nuestros servicio, operamos en el aeropuerto"
La posibilidad de que emov y el resto de compañías de carsharing lleguen al aeropuerto no es el único debate que hay con la administración. En 'Madrid Central' también tienen mucho que decir. "Es una apuesta valiente, mantenemos contactos con las administraciones y consideramos que todas aquellas medidas de sostenibilidad interesan al 'sharing', ya sean motos, coches u otro tipo de vehículos", explica Fernando Izquierdo. Un marco regulatorio que favorece al vehículo eléctrico, como es el caso de la flota de coches de emov.
¿Nuevas ciudades?
Emov opera en Madrid y Lisboa. Aunque no se conforman sólo con estas ciudades. "Analizamos ciudades con más de 500.000 habitantes para ofrecer nuestro servicio", informa Izquierdo. Málaga es uno de estos ejemplos, una ciudad donde en el pasado mes de septiembre la compañía realizó una prueba piloto. "Consideramos que ha sido una experiencia satisfactoria", valoran desde emov.
No obstante, la ciudad que ronda la cabeza de todo el sector es Barcelona. "Visitamos de manera regular la ciudad y consideramos que sí existe potencial de negocio", lamenta Fernando Izquierdo. Sus previsiones es que dentro de cinco años este servicio sea una alternativa de todas las grandes ciudades españolas. Para ello, el resto de ciudades deben comprar 'el experimento' que se está viviendo en Madrid.