La reestructuración financiera está dejando pocos amigos por el camino. Los roces que mantiene el ministro Luis de Guindos con buena parte del sector por su forma de legislar a golpe de real decreto o la 'voluntariedad' en la inversión del banco malo se han trasladado en las últimas semanas a las relaciones entre Economía y el Banco de España. En especial, entre Guindos y Fernando Restoy, subgobernador y presidente del FROB, según aseguran a Vozpópuli fuentes financieras. Un enfrentamiento en el que la banca se ha posicionado a favor del número dos de Cibeles.
Restoy se ha cansado, según algunas de estas fuentes, de que el Banco de España sea el mero correo de las instrucciones de Economía que, además, no comparte. Todo lo contrario de lo que sucede con el gobernador Luis Linde. Además, el subgobernador se queja de que el supervisor haya dejado de controlar las decisiones del FROB, a donde Guindos colocó a Antonio Carrascosa, su hombre fiel desde la época de PwC.
Guindos, por su parte, critica al subgobernador, elegido por el partido socialista, que no haya sido capaz de cerrar con éxito la subasta de Catalunya Caixa. "Los reproches se han intensificado en las últimas semanas", explican desde el sector.
Desde principios de año, Restoy ha decidido dar un paso al frente y separarse de la política marcada por Guindos, con el escaso margen de maniobra que ambas instituciones tienen después de que el rescate bancario obligue a consultar todos los movimientos con la Troika (Bruselas, FMI y BCE). "Restoy tiene otra forma de hacer las cosas. Es más dialogante pero no por ello menos enérgico. Un ejemplo fue su forma de proceder con la limitación impuesta a las altas remuneraciones de los depósitos", explican desde el sector.
Restoy 'cocina' ahora una nueva norma para poner orden en las refinanciaciones que tiene la banca española de todas sus carteras de préstamos, no sólo el de pymes y empresas, como se había barajado originalmente. Un volumen de créditos que alcanzó los 130.000 millones a cierre de 2011. "No será el Guindos 3, pero sí el Restoy 1", argumentan desde el sector. La nueva petición fijará nuevos criterios a la hora de determinar las reclasificaciones, ya que cada entidad realizaba sus readecuaciones en función de parámetros diferentes. La primera obligará a transformar el crédito en subestándar. La segunda reclasificación implicará la calificación de moroso. En este último caso, la entidad tendría 12 meses para provisionar por completo ese crédito.
La banca espera conocer la próxima semana una nueva norma que puede obligar a nuevas provisiones al acotar las refinanciaciones de toda la cartera de préstamos
La banca desconoce aún cuál puede ser el volumen de nuevas provisiones que puede implicar esta nueva medida de la que el Banco de España no tiene previsto realizar ningún tipo de circular. Así sucedió con el fin de los extratipos. No hubo texto, pero todas las entidades que operan en España, salvo algunas filiales de bancos extranjeros, están cumpliendo desde principios de año.
El sector podría conocer todos los detalles a lo largo de la próxima semana, después de que la gran banca haya publicado los resultados del primer trimestre. Algunas fuentes estiman que la nueva medida podría tener una repercusión de un 10% sobre ese volumen de 130.000 millones refinanciado el año pasado por la banca. Otras fuetnes, sin embargo, minimizan el impacto, asegurando que sólo se trata de una homogeneización de los criterios. "En la práctica, el impacto será escaso", aseguran.
En cualquier caso, las cuentas de las entidades tendrán que asumir el impacto de esta nueva norma. Para algunas entidades puede suponer necesidades extras de capital
Precisamente, Guindos y Restoy vivieron sus primeras diferencias, en diciembre pasado, por el volumen de ayudas que necesitaban las entidades del Grupo 2 (Liberbank, CEISS, Caja 3 y BMN). El enfrentamiento quedó patente en una cena en la que Restoy llegó a amenazar con su dimisión, como adelantó este medio a finales del pasado año.
El titular de Economía afirmó que el importe de las ayudas para las cuatro entidades del Grupo II, aquellas consideradas viables pero necesitadas de una restructuración e inyecciones, ascendería en total a los 1.500 millones de euros. Para Restoy, las necesidades son más elevadas y que, en concreto, se sitúan en los 2.055 millones de euros según los cálculos de la inspección del Banco de España.
Pese a la rotundidad del ministro, Restoy se planta y pone sobre la mesa su dimisión si se mantiene inalterable la recapitalización por valor de 1.500 millones. Poco a poco, Guindos se aviene ante la presión ejercida por el subgobernador. El tira y afloja continúa hasta que, al final, ambas partes negocian dejar el importe en los 1.855 millones de euros.