Hace unos dos años, Vozpópuli informó de que el matrimonio compuesto por Alberto Palatchi, presidente de Pronovias, y Susana Gallardo, de la familia dueña de los laboratorios Almirall, conocidos mundialmente por su medicamento digestivo Almax, estaban registrando potentes sicavs en plena efervescencia de la crisis. El asunto era sorprendente, ya que los grandes VIP estaban haciendo precisamente lo contrario: liquidarlas.
Ahora, estas sociedades están perfectamente operativas y manejan una cifra que asusta: 341 millones de euros de dinero en efectivo invertido en los mercados financieros. Se trata de Gesprisa, gestionada por Santander, con 155 millones de euros invertidos, Herprisa, en JP Morgan, con 183 y la más modesta, Red Rock, también en JP, con sólo 9,5 millones. En total, 347,5.
Las dos primeras nacieron con capitales sociales elevados, pero ya tienen el dinero desembolsado y colocado en los mercados.
Las tres sociedades están presididas por Palatchi y tienen a Gallardo como consejera. Son sin duda, vehículos de inversión familiares, aunque pueden haber tomado posiciones en ellos otros inversores. Pero si no todo, al menos una gran parte del capital forma parte del patrimonio de los dos cónyuges.
Carteras internacionales
Las carteras no son nada extraordinario: están invertidas principalmente en Bolsa internacional, aunque con algunas posiciones en las principales compañías del Ibex… o incluso Bankia, en la que tienen algunos millones de euros colocados.
Aunque Susana Gallardo no figura en el consejo de Almirall y hay algunos artículos que ponderan su papel como ama de casa, tiene una sólida formación en economía y mercados financieros, y sí es consejera del potente family office de la familia Gallardo (Landon), así como de Abertis.
Curiosamente, en su día Landon tuvo importantes sicavs, con el mismo nombre, que fueron desapareciendo, en línea con lo que han hecho otros VIP como Amancio Ortega (en su día, el rey de las sicav), Manuel Jove, Isac Andik… todos ellos tuvieron cientos de millones de euros, visibles a través de los archivos de la CNMV; no en vano la sicav es probablemente el instrumento financiero más transparente del mundo.
Todavía quedan otros como Alicia Koplowitz, con Morinvest, los March, con Torrenova (la mayor, con unos 1.400 millones de euros), o los sucesores de Rosalía Mera, que tienen también unos 600 millones en JP Morgan.
Pero los ricos poco a poco las han ido dando de baja, trasladando las inversiones hacia otros productos menos llamativos. Eso sí, en los últimos tiempos está teniendo lugar un resurgimiento de las sicav, debido a la amnistía fiscal de 2012 y a la caída de los extratipos bancarios. Hay mucha liquidez que busca refugio en la sicav, que está sujeta al régimen de incremento de patrimonio, por el cual no se tributa a Hacienda hasta el momento en que se reembolsa el dinero.
Mientras tanto, la sicav como instrumento abona un 1% anual en concepto de sociedades. Por eso, se dice erróneamente que ‘los ricos de las sicav sólo pagan un 1%’. Los ricos de las sicav están sujetos a la misma fiscalidad que la de cualquier titular de un fondo de inversión, y tributa sólo cuando vende.