DIA tiene dos opciones: LetterOne o el actual consejo de administración. La accionistas de la compañía deberá elegir entre Mikhail Fridman, dueño de LetterOne y máximo accionista de la compañía, o Banco Santander, principal acreedor de DIA y la entidad que ha tenido más peso en el acuerdo de refinanciación firmado por el consejo.
Los días 19 y 20 de marzo, DIA ha convocado a los accionistas para que sean ellos los que decidan entre estas dos opciones. Una decisión que marcará el futuro de una cadena que en España, sólo en España, cuenta con 3.474 tiendas, 26.035 trabajadores y unos ingresos de 5.147 millones.
Las posiciones llegan enfrentadas a esta junta. "La propuesta de L1 Retail (el brazo de LetterOne especializado en distribución) no proporciona soluciones eficaces e inmediatamente ejecutables a los desafíos a los que se enfrenta la compañía en el corto plazo", considera el consejo de administración. "En ausencia de dichas soluciones, DIA podría verse obligada a solicitar la disolución o el concurso de acreedores", añade.
Por su parte, LetterOne considera que la propuesta del consejo, pactada con los bancos, es "engañosa". "Existen importantes incógnitas respecto de la viabilidad del plan del consejo de administración de DIA que no se han puesto de manifiesto a los accionistas. DIA no ha proporcionado información alguna sobre cómo trataría de implementar cualquier autorización para aumentar de capital que pudiese recibir", detallaba el fondo en un comunicado.
¿Qué ofrece cada uno?
En primer lugar, el plan que consensuó el consejo de DIA y los acreedores cuenta con una ampliación de capital de 600 millones de euros, asegurado por Morgan Stanley. De ellos, 147 millones tienen como objetivo el pago de dos tramos de la deuda, 306 millones para pagar un bono que vence en julio de este año y 147 millones para el uso de la compañía.
La compañía defiende que esta estrategia da solución al patrimonio neto negativo a través de la ampliación de capital. "Cuenta con una modificación y extensión de toda la deuda bancaria antes del vencimiento del 31 de mayo de 2019", defiende. Por último, el consejo de DIA defiende que su propuesta proporciona liquidez adicional a DIA a través del acceso a instrumentos de deuda no dispuestos suministrados por los bancos actuales.
El plan del fondo de Fridman se fundamenta en el control mayoritario de la compañía con su OPA por 0,67 euros por acción y, después, lanzar una ampliación de capital de 500 millones de euros, que aseguran el propio fondo. LetterOne explica que su nueva inyección de capital no acabará en manos de los bancos y que el objetivo del nuevo capital es financiar el cambio estructural que necesita la compañía.
La OPA está condicionada a que haya una aceptación de al menos el 35,49% del resto de accionistas, LetterOne controla ahora el 29,1%, y que no exista una emisión de acciones o valores convertibles antes de esta oferta. Por su parte, la ampliación de capital se producirá después de que el fondo tome el control de la compañía y alcance un nuevo acuerdo con los bancos.
"L1 Retail brinda un verdadero sentido de urgencia con un equipo con habilidades comprobadas en el sector de la distribución y que serán capaces de ofrecer las necesidades que quiere la compañía", defienden.
¿Quién les apoya?
De momento, el único accionista que ha anunciado su apoyo al consejo ha sido Western Gate, fondo de inversión del empresario portugués Luís Amaral, dueño del 2% de las acciones de DIA. "Esta solución restaurará la credibilidad de la compañía a ojos del sistema bancario, de los titulares de deuda y de los proveedores y, por tanto, constituirá un sólido punto de partida para implementar la estrategia del nuevo equipo directivo y abordar la negativa situación patrimonial", afirma la firma de Amaral.
LetterOne ha encontrado el respaldo de varias casas de análisis, como es el caso de Corporance y Haitong Research que aconsejan a los accionistas de DIA seguir su hoja de ruta. “Tenemos serias preocupaciones sobre el equipo directivo de la compañía y sus malas praxis a nivel de Gobierno corporativo”, explican los analistas de Corporance. Haintong destaca como principal riesgo el daño al valor de la compañía si se cancela la OPA que hay encima de la mesa. La última palabra la tienen esta semana los accionistas.