La supresión de la paga extra de Navidad fue un mazazo para los empleados públicos de toda España, que a finales del año pasado vieron cómo su sueldo quedaba reducido por decreto, concretamente el RD 8/2012 que el Estado aprobó en aras de acercarse lo más posible al cumplimiento de los objetivos de déficit. Pero no sólo fue una medida para atajar el déficit, también fue el equivalente a una bajada salarial superior al 7%.
Según datos facilitados a este diario por el sindicato CSIT, cada año desde el 2000 se han actualizado los salarios de los empleados públicos un 2%, a excepción de 2004, cuando el incremento fue del 2,7%. Esta tendencia al alza se mantuvo hasta 2009, ya que en 2010 se produjo una bajada del 4,7%, diferencia entre el aumento 0,3% aprobado para ese año en los Presupuestos Generales del Estado y la bajada salarial del 5% que aplicó el Gobierno en el Real Decreto 8/2010 de medidas extraordinarias para la reducción del déficit.
A esta reducción del 4,7%, aún en la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, hay que añadir una congelación en 2011 y otra reducción, esta vez del 7,1%, tras la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy de eliminar una de las catorce pagas anuales, la correspondiente al mes de diciembre. En conjunto, estas dos medidas suponen un descenso del 11,46% en los últimos tres años, retrocediendo a niveles del año 2003.
Pérdida de poder adquisitivo
“La evolución del IPC interanual y la diferencia con las subidas salariales de los empleados públicos en las sucesivas leyes de Presupuestos Generales del Estado y los recientes Reales Decretos muestran cómo se ha experimentado una pérdida de poder adquisitivo”, indican desde CSIT.
Los aumentos aplicados hasta 2009 no guardan relación ninguna con el IPC, que ha sufrido una evolución totalmente dispar. Según los datos del sindicato, la diferencia entre las variaciones de los sueldos de los trabajadores públicos y el índice de precios al consumo (IPC) durante la última década fluctúa entre el 1,2% de 2009, cuando el aumento fue mayor al IPC, y el -10% que se produjo al retirar la ya mencionada paga extra, la mayor pérdida de poder adquisitivo de toda la serie, que registra datos desde 1982.
Al margen de esta falta de coherencia entre ambos datos – lo lógico sería que el aumento fuera equivalente a la subida del IPC, para mantener el nivel de vida – la pérdida de poder adquisitivo se ha acentuado en el periodo 2009-2012, cuando los precios aumentaron un 8,53%, abriendo una brecha con los salarios del 20%.
Este dato, indican las fuentes consultadas "podría incrementarse si considerásemos otras pérdidas de poder adquisitivo provocadas por el incremento del IRPF, por la ampliación de la jornada semanal de 35 a 37,5 horas o por el arrastre de la reducción de las pagas extraordinarias de 2010 y 2011”.