Gabriel Escarrer Jaume es el pequeño de la familia dueña de la hotelera líder en España, Meliá Hotels International, fundada en Mallorca hace más de 60 años por Gabriel Escarrer Juliá. Su padre le confió las riendas de la compañía hace cuatro años, tras casi veinte aprendiendo el oficio a su lado. Aunque poco queda de la pequeña empresa que un día fue. Ahora Meliá es uno de los grupos turísticos más grandes del mundo, con más de 300 hoteles repartidos por 40 países bajo siete marcas diferentes.
Gabriel Escarrer Jaume se graduó en 1993 en la universidad norteamericana Wharton School, donde cursó la especialidad de Finanzas y Gestión Empresarial. Acto seguido, trabajó durante tres años en el Departamento Internacional de Finanzas Corporativas del banco de inversión Salomon Smith Barney en Nueva York.
Desde allí participó en la salida a Bolsa de la compañía familiar, Meliá Hotels International, en 1996, a la que inmediatamente después se incorporaría para seguir los pasos de su padre. Él mismo se define como "un hijo de la industria turística" y en su perfil profesional recuerda cómo "siendo un crío, visitaba los hoteles de Mallorca". "A lo largo de mi vida he aprendido a querer nuestra compañía y a amar la industria del turismo", añade.
Mientras asumía la dirección de la expansión internacional de la empresa familiar, Gabriel Escarrer Jaume continuaba formándose en el mundo de los negocios, cursando un postgrado personalizado en Business Administration en ESADE, una de las diez mejores escuelas de negocios de Europa.
En el año 2016, tras 60 años al frente del grupo, el fundador pasa a ser presidente no ejecutivo, traspasando sus facultades ejecutivas a Gabriel Escarrer Jaume, con el respaldo unánime del Consejo de Administración. Escarrer ocupa los cargos de vicepresidente y consejero Delegado, ya como primer ejecutivo del grupo. La revista Forbes le ha incluido recientemente entre los 50 mejores CEOs de España.
Helms-Burton, una vieja conocida
La prohibición de entrar en Estados Unidos en virtud del Título IV de la Helms-Burton es un episodio más de la vieja relación entre Meliá y esta ley. Ya entre 1999 y 2004, el grupo hotelero mantuvo reuniones con la citada familia Sánchez Hill para tratar de llegar a un acuerdo económico que evitase futuro pleitos por este asunto, lo que evidencia que aunque la normativa estaba 'suspendida', la hotelera era consciente del peligro que representaba.
Por entonces, Meliá ofreció una indemnización de 3.197 dólares por la explotación de los hoteles, una cuantía que la familia consideró "insultante", según consta en la demanda que presentaron y que finalmente ha caído en saco roto. Las negociaciones no llegaron a buen puerto, pero acreditan el interés de Meliá por cuidar sus negocios en la isla.
Porque si hay un mercado que representa una parte significativa de la facturación global de Meliá, ese es Cuba. Después de España, la isla caribeña es la segunda división geográfica que aporta la mayor facturación a la compañía con un total de 35 hoteles, más otras cuatro nuevas aperturas previstas para este año.
Meliá abrió su primer hotel en la isla en 1990, concretamente en Varadero, una de las zonas más turísticas de Cuba. Desde entonces, su presencia en la isla ha aumentado progresivamente hasta superar la treintena de hoteles. Según los datos disponibles en la CNMV, entre enero y septiembre de 2019, Meliá facturó 9,7 millones de euros por los hoteles que gestiona en la isla, un 6,9% menos que en el mismo periodo de 2018.