Alberto Núñez Feijóo aún no ha tirado la toalla con Pablo Hernández de Cos. El líder del PP aún ve opciones de que el actual gobernador del Banco de España acabe sumándose a su proyecto político como vicepresidente económico, siempre que resulte ganador en las elecciones del 23-J.
Génova ha intensificado su 'presión' sobre Hernández de Cos, a medida que se desinflaba la otra 'candidatura' soñada por los populares: la vuelta de Luis de Guindos. El actual vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) siempre ha ocupado un lugar preferente en las quinielas de 'ministrables' más deseados por Feijóo. Sin embargo, el que fuera ministro de Economía con Mariano Rajoy ha ido enfriando esta posibilidad, hasta darla oficialmente por cerrada el pasado jueves 22 en Santander.
De Guindos aprovechó un encuentro financiero en la capital cántabra para autodescartarse. "Me quedan algo menos de tres años en el BCE. Y espero cumplir mi mandato", afirmó, rotundo. El escaparate internacional que le brinda su alto cargo en Fráncfort, unido a otros motivos de índole personal, han pesado más en la balanza para De Guindos, que descarta regresar a la política española. Y más en un escenario tan incierto como el actual, sin saber qué margen de acción tendrá el PP para acometer reformas decididas y qué papel jugará Vox.
Para Núñez Feijóo, el perfil de Hernández de Cos es tan codiciado como el del vicepresidente del BCE. Muy bien valorado fuera y dentro de España, con dotes sobradas de mando y un currículum intachable, el gobernador sería la persona idónea para acometer una misión de mucho calado: poner orden en la economía española. A Hernández de Cos nadie tiene que mostrarle el camino. Desde su puesto en el Banco de España, ha sido combativo con las medidas más polémicas que ha ejecutado el Gobierno de Pedro Sánchez, como la 'contrarreforma' laboral del PSOE, la subida precipitada del salario mínimo o la indexación de las pensiones al IPC.
El gobernador, sin embargo, sigue blindado ante los cantos de sirena que emite Génova 13. Hernández de Cos ha escuchado las propuestas, según fuentes conocedoras. Pero lo que cuenta en privado no dista mucho de lo que ha afirmado en público. "Yo no estoy en eso", ha asegurado, recientemente, en dos ocasiones; la última, en el mismo foro donde De Guindos se autoexcluyó de las quinielas.
La insistencia de Feijóo no sólo tiene que ver con el gran perfil del gobernador, sino también con la cirugía que los populares quieren aplicar a la economía española. El presidente del PP avanzó ayer algunas pinceladas. Prometió acometer una "auditoría de las cuentas públicas", "asegurar la unidad de mercado", avanzar en la "simplificación normativa" o "reestructurar el funcionamiento de los fondos europeos". Esas son sólo algunas de las tareas que se autoexigirá Feijóo si logra derrocar a Sánchez.
El desafío es de enorme envergadura, teniendo en cuenta lo que recuerda un economista colaborador de Feijóo: "Nadie sabe lo que se van a encontrar". De entrada, hay temor a que los nuevos inquilinos de La Moncloa se topen con un "agujero fiscal" inesperado. Pero lo más importante, y comprometido, es decidir cuándo, por dónde y con qué intensidad se mete la tijera al gasto. "España no puede pretender crecer tanto como Estonia o Irlanda, manteniendo una estructura estatal como la de Francia o Bélgica", afirma el mismo economista.
En la sede de los populares son conscientes, de ahí la ansiedad creciente por hallar un ministro a la altura de las circunstancias. Feijóo maneja otros nombres: desde Luis Garicano, que está trabajando en el programa económico del PP a través de la Fundación Reformismo 21; a Román Escolano, ministro 'fugaz' de Economía con Rajoy por culpa de la moción de censura del PSOE. Ambos tienen en común características que comparten también De Guindos y Hernández de Cos: buen perfil internacional, manejo de idiomas e ideas bastante claras sobre los desequilibrios de la economía española.
En la lista de 'ministrables' ha ganado posiciones en los últimos días una mujer, Marta Fernández Currás. Cuenta en su favor con un elemento del que carecen tanto Garicano como Escolano: ha trabajado codo con codo con Alberto Núñez Feijóo, como consejera de Hacienda en la Xunta de Galicia. El presidente del PP la conoce bien, en el plano personal y en el profesional. "Y eso", afirma un economista de su círculo, "suma mucho en el caso de un líder tan 'enigmático'".
Tddy
Sí pero diga todo, subir las pensiones un 0,25% cuando los precios han bajado un 1%.
Zalacain
Tiene usted razón, Urente. En estos tiempos que corren parece haber desaparecido la diferencia entre el objeto directo y el indirecto. Al parecer (no he tenido la oportunidad de comprobarlo), es un vicio peninsular, ya que al otro lado del charco no es habitual ver el pronombre personal átono le como complemento directo. No obstante, demos un voto de confianza a don Daniel: sus artículos (pese al leísmo) ayudan a mantener una visión bastante equidistante de la realidad.
Urenga
Bien traído, Zalacaín, pero es que parece detectarse cierta contumacia en el error porque en el artículo de ayer sobre "La broma pesada de Armengol" ya se cayó en lo mismo. A menudo comento por aquí en tono de guasa que el Libro de Estilo de VP parece haber hecho los leísmos obligatorios, y que quizá se han propuesto un ejercicio de ingeniería social eliminando estas melindrerías gramaticales simplificando el español, al estilo batúa.
Zalacain
Quandoque bonus dormitat Homerus.
Darksith1977
En serio que en TODO el PP, con todos sus cargos, consejerías y fundaciones no hay un sólo economista competente, y que tengan que ir a buscarlo de fuera????