"Estamos estableciendo un diálogo en todos los niveles, lo que permite iniciar los trílogos antes de que acabe la Presidencia española de la UE y que se cierre la reforma antes de que acabe la legislatura europea, de forma que cubra el periodo 2025-2028". Así ha concluido el secretario de Estado de Economía en funciones, Gonzalo García Andrés, su intervención en una jornada de Funcas sobre las reglas fiscales que se está celebrando este jueves.
Es la primera vez que el Gobierno admite que el expediente de más importancia que maneja en la Presidencia rotatoria de la UE y que estaba llamado a cerrar no estará listo cuando acabe el diciembre y que por lo tanto las nuevas reglas fiscales no entrarán en vigor en 2024. En todo caso, ha apuntado García Andrés, se intentará cerrar la reforma antes de que haya elecciones a la Comisión Europea en junio, pero ya se contempla que el actual Ejecutivo comunitario no pueda culminar la reforma. Y por lo tanto, el nuevo marco no entrará en vigor en todo caso hasta 2025.
Fuentes del Ministerio de Economía han trasladado que la intención del Gobierno es que pueda cerrar la reforma durante la Presidencia rotatoria de la UE, que son conscientes de que los tiempos son ajustados pero que trabajan intensamente para lograrlo y que en la primavera de 2024 los Estados miembros puedan ya plantear sus previsiones con las nuevas reglas.
Los pasado 16 y 17 de septiembre se celebró un Ecofin informal en Santiago de Compostela en el que ya se preveía que hubiera pocos avances por no estar la negociación madura, pero se habían planteado expectativas de que hubiera avances en el próximo encuentro en Luxemburgo el 16 y 17 de octubre en aras de intentar que pudiera completarse el proyecto este año, lo que García Andrés ya ha descartado.
En su intervención, el secretario de Estado de Economía en funciones ha recorrido la propuesta de la Comisión, que pone el foco en el control de la deuda y mantiene algunas de las obligaciones de las reglas ahora suspendidas por la pandemia, como el Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE), que continúa en un máximo del 3%, mientras que el PDE basado en la deuda se reforzará y se activará cuando un Estado miembro con una deuda superior al 60% del PIB se desvía de la senda de gasto neto acordada.
Las críticas de Alemania
Con todo, países críticos como Alemania han apuntado que suaviza la vigilancia, mientras otros como Francia o Italia prefieren mantener el espíritu con ese enfoque diferenciado por países y basado en riesgos. "Hay países que quieren tener seguridad ante este marco, que es más flexible aunque no necesariamente más laxo", ha comentado el secretario de Estado.
Este mismo miércoles el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado su monitor fiscal, donde apunta que la deuda pública en España no volverá a situarse por debajo del 100% del PIB, donde se encontraba ya en 2019, en lo que queda de década. Asimismo, el déficit se estancará en el 3,4% a partir de 2025, según sus previsiones.