El plan energético del Gobierno se cimienta sobre seguir apostando por las renovables y recuperar la Comisión Nacional de Energía para controlar al sector. Así lo ha explicado Pedro Sánchez en su sesión de investidura de este miércoles. Su nueva estrategia acaba con el plan de ayuda en las facturas energéticas y las familias lo notarán a partir del 31 de diciembre.
La estimación que se hace desde el sector es que la retirada de las ayudas del Gobierno subirá la factura de la luz en cerca de un 30%. Un incremento que llega porque el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) volverá al 21% desde el 5% para la electricidad, el gas, la biomasa para calefacción y la madera para leña. El impuesto sobre la electricidad volverá al 5,11% desde el 0,5% actual y el Impuesto que grava con un 7% el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE) dejará de estar suspendido.
Y los precios de la luz para el primer trimestre de 2024 se espera que sigan altos. Los datos que ofrece el operador del mercado ibérica OMIP sitúan en 101,5 euros el megavatio hora en los primeros tres meses del año, frente a los 102,5 euros con los que arrancaba el megavatio esta semana. Estas previsiones apuntan a que las facturas de la tarifa regulada seguirán altas y que las ofertas de mercado libre no serán revisadas a la baja por parte de las comercializadoras.
El Gobierno optó también por respaldar a las familias con la factura de gas. Moncloa decidió limitar en el anterior invierno la tarifa de último recurso de gas natural (TUR), la que está regulada por el Ejecutivo, en un 15% al incremento máximo del coste de la materia prima en su fórmula de cálculo.
Una rebaja que beneficiará a los consumidores hasta el próximo 31 de diciembre. En este sentido, la referencia del mercado ibérico del gas Mibgas refleja que en el arranque de 2024 crecerá un 22% frente a los precios actuales. El fin de las medidas también afecta al límite del precio máximo de venta de los gases licuados del petróleo envasados. Este es el ámbito en el que está contemplada la bombona de butano, cuyo precio máximo se limitó en junio de 2022 en 19,55 euros. Este precio final para el consumidor, que está regulado y se revisa bimestralmente, no podrá superar esa cifra.
¿Qué hará el Gobierno con los carburantes?
La otra factura energética que sigue alta es la que se paga en la gasolinera. Los conductores españoles pagan de media estos días 1,65 euros el litro de gasolina 95 y 1,64 euros el litro de diésel. Unos precios que se han moderado después de rozar el 1,90 en octubre, pero que sigue siendo superiores a las semanas previas a la guerra de Ucrania.
El Gobierno retiró sus ayudas de 20 céntimos por litro para los consumidores particulares el 31 de diciembre de 2022 y, el pasado 30 de junio, le retiró esta ayuda a los profesionales. No se contempla ninguna opción para que se recupere esta estrategia por parte del Gobierno, pese a que la subida de los carburantes sigue siendo uno de los factores que determina la subida de los precios en los hogares.
Una factura energética que no ha tenido la suerte de los alimentos, que tendrán el IVA reducido hasta junio de 2024, o las ayudas al transporte público. Las familias se enfrentarán en enero a una subida del coste energético.
