Zegona pretende invertir lo menos posible en la compra de Vodafone España. El fondo inglés llegó a un acuerdo con la filial del operador por 5.000 millones de euros para su adquisición. En concreto, unos 4.100 millones de euros serán satisfechos en efectivo y hasta 900 millones de euros en acciones preferentes reembolsables por el precio de suscripción y el dividendo preferencial acumulado, a más tardar 6 años después del cierre de la operación.
Hace unos días Zegona realizaba una ampliación de capital de 300 millones de euros en el marco de esta operación. Sus fundadores, Eamonn O'Hare y Robert Samuelson, tan solo han participado con 680.000 euros, el 0,01% de los aproximadamente 5.000 millones de euros necesarios para adquirir el operador, tal y como refleja el documento de ampliación de capital presentado por el fondo en el regulador de los mercados inglés.
Esto se alinea con su estrategia, cuyo leit motiv es 'comprar, arreglar y vender' con la mayor rentabilidad posible. Su labor es hacer las compañías que adquiere lo menos costosas de lo que sea capaz en el menor tiempo, para venderlas y conseguir el mayor margen. La razón de ser de un fondo.
"No cuentan con ningún plan de inversiones en Vodafone para el fortalecimiento de determinadas áreas que podrían requerir de la inyección de más capital", explican fuentes del sector de los grandes operadores de telecomunicaciones a este diario.
Zegona busca el máximo ahorro de costes
Un plan que se pone en negro sobre blanco con los últimos anuncios del fondo. De entrada, ha reconocido que habrá despidos "selectivos" que podrían afectará a la parte de la dirección del operador. Este diario, sin embargo, ha podido constatar que el tijeretazo incluirá más adelante al grueso de la plantilla, y que podría alcanzar a en torno a un tercio de los 4.000 empleados por los que está actualmente compuesta la plantilla de Vodafone España.
El fondo dirigido por Eamonn O'Hare también peleará cada euro de un conjunto de deudas que Zegona considera "incobrables", para lo cual ha anunciado la contratación de los servicios de una empresa de cobro a morosos. El objetivo es también reducir el porcentaje de este tipo de compromisos no cobrados hasta el 0,89% de la facturación mediante la implementación de "mayores controles".
Renegociación de los contenidos televisivos
La televisión de Vodafone, muy mermada tras decidir en 2019 no renovar los derechos del fútbol para el consumo de sus abonados, va a ser también motivo de ahorro para el nuevo operador, a cuyo pescante estará José Miguel García, un histórico directivo del sector de las telecomunicaciones que en su día revalorizó Euskaltel y Jazztel para su posterior venta.
El objetivo es renegociar los paquetes televisivos que en la actualidad ofrece Vodafone, además de apoyarse en la marca Lowi (la enseña low cost de la teleco) para aumentar la base de abonados y recortar el precio de los contenidos de televisión, que ascienden a 9,6 euros euros por cliente.
Con los préstamos bancarios comprometidos y los 900 millones de euros en acciones, el grueso del montante total de la compra ya está satisfecho, por lo que ya solo queda el remozado de la nueva empresa de telecomunicaciones.
Un proceso que tendrá una duración "como mínimo de seis meses" a partir de que se haga efectiva la operación, explican las fuentes consultadas por este diario.
La entidad resultante tendrá un proceso de asentamiento en el que perderá clientes y presumiblemente talento humano. La incertidumbre en este tipo de operaciones es la nota predominante, y con un plan de despidos a la vista los empleados con mejor capacitación buscarán nuevos horizontes en empresas del sector en principio más estables.
